sábado, 2 de septiembre de 2017

La tragedia deliberada de Yemen




El país más pobre del mundo árabe sufre una triple tragedia: la violencia de la guerra, la hambruna y el cólera. Una crisis humanitaria denunciada como “gratuita” y deliberadamente provocada por las fuerzas en pugna en una guerra que lleva más de dos años
Hace poco más de dos años, con la intervención en Yemen de una coalición liderada por Arabia Saudita, se inició una guerra que ha generado en ese país la crisis humanitaria más grave del planeta. Es una crisis relativamente silenciosa, o silenciada por los inmensos flujos de twits y titulares sobre escándalos en la Casa Blanca o victorias contra el Estado Islámico. También es una crisis sin posibilidades de solucionarse en el corto plazo.
“Millones de yemeníes enfrentan hoy una triple tragedia: el espectro de la hambruna, el mayor brote de cólera en un año y las carencias y la injusticia derivadas de un conflicto brutal que el mundo ha permitido que se prolongue y que es completamente evitable. Esta tragedia humana es deliberada y gratuita, es política y se puede detener con voluntad y coraje”, expresó el viernes 18 Stephen O’Brien, el coordinador de la Onu para Asuntos Humanitarios, durante una sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Miles de personas han muerto –es difícil estimar una cifra, ya que varían enormemente según las fuentes– y más de 3 millones se han visto obligadas a abandonar sus hogares. El país está al borde de la hambruna. Más de 17 millones de yemeníes –el 60 por ciento de la población del país– sufren inseguridad alimentaria y desnutrición. Es decir que no saben si comerán mañana.
Cuentan con el respaldo indispensable de Estados Unidos y Reino Unido en el aprovisionamiento de armas e inteligencia, aunque también se ha denunciado la presencia de tropas de estos países
Hay más de 3 millones de niños y mujeres embarazadas o lactantes que sufren desnutrición aguda, casi 400 mil de ellos podrían morir de forma inminente.(1) Casi 10 millones de niños, el 80 por ciento de la población infantil de Yemen necesita ayuda humanitaria urgente.
Además, el país sufre de un violento brote de cólera que ha causado más de 2 mil muertes en los últimos meses. Se estima que el cólera afecta a unos 500 mil yemeníes, la mitad de ellos niños, debilitados por la desnutrición. Más de dos años de conflicto han destruido los servicios de salud, acceso al agua potable o saneamiento, por lo que la expansión de la bacteria está sin control.
Un reciente análisis de la Universidad Queen Mary de Londres devela que la mayoría de las muertes por cólera se han producido en áreas controladas por los rebeldes hutíes y que éstas se deben al bloqueo de alimentos y medicinas, y a los continuos ataques a infraestructuras, escuelas y hospitales que realiza la coalición liderada por Arabia Saudita. El artículo subraya la contradicción de que Unicef agradezca a Arabia Saudita por la generosidad de donar 67 millones de dólares para combatir la crisis de cólera, de la que es directamente responsable. (2)
Stephen O’Brien llamó a abrir todos los puertos marítimos, terrestres y aéreos al tráfico de civiles y a permitir la entrada de ayuda humanitaria a Yemen, pero su pedido ha sido ignorado. “Debemos recordar que la catástrofe de Yemen es totalmente artificial. Es un resultado directo de las políticas, tácticas y acciones deliberadas de las partes en el conflicto, y como tal, puede y debe ser detenido”, insistió O’Brien.
Los países de la coalición liderada por Arabia Saudita que llevan adelante la guerra en Yemen aducen que los puertos y carreteras se utilizan para aprovisionamiento de armas y refuerzos a los rebeldes hutíes, y mantienen un férreo bloqueo.

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