martes, 31 de marzo de 2020

TU OBRA EN MÍ

Vas labrando con tu cincel,
artesano,
a golpe de amor, a golpe de mano
la obra que quieres en mí.
Mientras la piedra desaparece,
la obra de arte crece
con delicado buril.
Un día te conocí
y aún te sigo conociendo.
Mirando hacia  atrás
entiendo desde donde vengo
a donde voy.
Ya no es la belleza de la rosa
lo que busco,
pues otra belleza espero
y, poco a poco, en mí muero
para volver a nacer en Tí.
No dejes tu obra, artesano,
sigue labrando esta piedra que soy,
 no abandone el cincel tu mano.
Sigue tallando tu obra en mí
que no quiero quedarme, no,
donde me hallo y estoy.

José  Rodríguez  Díaz

lunes, 30 de marzo de 2020

¿ QUIÉN PODRÁ?



Me desconsuela el desconsuelo
de tu mirada perdida
araña con garfios mis tripas,
ese tu dolido mirar.
¿Quién podrá saber consolar?

Me pueden esas manos sucias, 
deformes, encallecidas
por los rebuscos de la vida
para llevar a casa el pan.
¿ Quién podrá saber consolar?

Me arruina cualquier alegría
saber que en todo momento,
hay miles de hermanos sedientos
que no podrán su sed calmar.
¿Quién podrá saber consolar?

La lágrima de esa mejilla.
¿ Quién podrá?

La cabeza que un día se humilla.
¿ Quién  podrá ?

La vida rota en cualquier altar.
¿ Quién podrá saber consolar?

¿ Quién?  ¿Díganme ?

¿Quién podrá saber consolar ?

José Rodríguez Díaz

domingo, 29 de marzo de 2020

VOLVER A LA ESCUELA



Venga, vamos a retomar el camino
de volver a la escuela.
Vamos a sentarnos en los pupitres, como niños
 a disfrutar de la magia
de juntar letras,
de ir inventando palabras,
de nombrar las cosas que nos rodean,
de saber cómo se escribe nuestro nombre
y el de tantas cosas buenas.
Vamos a volver a la escuela
a aprender los números,
las comas, las tildes,los puntos,
los puntos  y aparte,
los suspensivos...,
los signos  que suman, dividen o restan;
los que sirven para preguntar
o para expresar sorpresa.
Vamos a aprender los mapas, los ríos
los montes, las islas, las ciudades.
y del cielo las constelaciones, los astros, los planetas.
Los días de la semana, los meses del año,
las estaciones y cuándo es la fase de luna llena.
Vamos a volver a la escuela
a reaprender la vida, lo positivo, lo hermoso...
Porque, después de todo lo aprendido,
 no sabemos nada.
Ante tanto dolor y amargura
 la escuela se hace necesaria.
La vida  siempre ha sido, es  y será
la cosa más hermosa y bella.
Y nosotros, con mucha frecuencia
ignorantes y torpes
apagamos la luz de su estrella.
Así que... debemos, cuanto antes,
volver a la escuela.

José Rodríguez Díaz

sábado, 28 de marzo de 2020

ME ROBASTE EL CORAZÓN


Me robaste el corazón
y ando descorazonado:
como río que está seco,
como árbol desgajado,
como noche oscura de invierno
que ha perdido su hado.
Me robaste el corazón
ando descorazonado.
Y no me sirven luz de luna,
ni del sol sus rayos claros.
Tan solo deseo que su hueco
con tu amor me sea habitado
para vivir al ritmo del tuyo
y que, de una vez y para siempre,
mis pasos sean tus pasos.


José Rodríguez Díaz

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO V DE CUARESMA. CICLO A.
Jun.  11,1-45.

 Y TODO SERÁ NUEVO


    El evangelio de este domingo V de cuaresma nos lleva de la mano hacia  la muerte y la vida  con el relato de la resurrección de Lázaro y en donde Jesús manifiesta, una vez mas, la gloria del Padre que desde El llega a los hombres y que anticipa lo que sucederá en Jerusalén.
 Ha tiempo  viene hablando a los discípulos de su muerte , también de su resurrección y aquí tienen  una muestra que  se acerca a aquello de lo que les habla, pero antes hay que pasar por el sepulcro.
La conversación de Jesús con las hermanas de Lázaro nos ha de llevar a reforzar nuestra fe y nuestra esperanza , a ayudarnos a descubrir que la fe es eso, saber esperar cuando no hay  ninguna otra evidencia  de lo que se espera, mas que  la palabra que se nos da y  en la que hemos de poner  nuestra vida entera, total.


 Pero antes se ha de pasar por la oscuridad, por el sepulcro , decíamos mas arriba... Si, por la noche oscura de la muerte en la que   hemos de  adentrarnos sin temor, porque   nos fiamos. Esto no es fácil, no es agradable,  nos produce  rechazo y duda, pero  es que no hay otro camino... Hemos de volver a la tierra para  que el hombre nuevo germine, surja de ella con  la dimensión total y absoluta de la divinidad  en sus carnes,   en su vida...
Como Jesús, igual que Jesús. Eso es lo que  nos aguarda, eso es lo que confesamos cuando decimos aquello de " Creo en la resurrección de los muertos"... Eso es lo que esperamos, porque  no solo se nos ha dicho, sino que se nos ha prometido. 
   Al final de la segunda lectura de este domingo que es de  Rom. 8, 8-11 leemos: "...El  que resucito de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará  también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros."
  ¡¡ Feliz V domingo de cuaresma !!





viernes, 27 de marzo de 2020








 

CON MOTIVO DE LAS
CELEBRACIONES DE  SEMANA
SANTA NUESTRO OBISPO NOS
 COMUNICA 
SEMANA SANTA 2020 EN LA
 DIÓCESIS DE CANARIAS
semana santa 2020 retransmisiones

HAY, ADEMÁS, UNA CARTA DEL SEÑOR OBISPO QUE ESTA EDITADA EN LA PÁGINA DE LA DIÓCESIS Y QUE  NO HEMOS PODIDO TRANSCRIBIR. RECOMENDAMOS SU LECTURA . DESDE  ESTE MISMO BLOG PUEDE ACCEDER A DICHA PÁGINA 



NO ENTIENDO NADA SIN TI.


Cómo llegaste hasta mí
y que mansamente te fuiste.
Cómo sin violencia venciste
y yo sin saber resistir.

Cómo dejaste mi pecho
abandonando mi lecho,
dejando un te quiero sutil
en mis labios, sin decir.

Embargado y sin enojos
pleno y lleno me siento
aunque voces de otros vientos
susurran callados lamentos.

Que esto es otro vivir, 
que yo ya vivir no sé
sin saberte por no sentir.
Y cuando quiero entender,
no entiendo nada sin ti.

José  Rodríguez  Díaz.

jueves, 26 de marzo de 2020

LO INUTIL.



Vendo un cuaderno sin hojas,
un tintero sin tinta,
un lápiz que no escribe,
y una abierta sonrisa.
Vendo de todo un poco:
semillas que no germinan,
agua que no moja,
viento que no sopla,
y una vieja y rota camisa.

Por vender lo vendo todo,
menos lo que me dignifica.

No vendo amistad
ni libertades;
ni sesudas opiniones,
ni doy consejos al aire.
No me gustan los matones;
ante los que andan sobrados
prefiero la sencillez;
ante cualquier desparpajo
me gusta la honradez.
No quiero cosas inútiles
para llenar mi saco,
que ha tiempo cargo mochila
que anda sobrada en años.

José Rodríguez Díaz

miércoles, 25 de marzo de 2020

REMENDANDO.
Ando remendando la esperanza
con puntadas de aguja he hilo fino,
con dedal y perleta que engarza
donde arde la hoguera de mi olvido.

Ando remendando, a veces no atino
a dar puntada allí donde mi lino,
con bravas lisonjas de vagancia
rasgó la textura del amor divino.

No sé si lograré con mi constancia
ante lo sutil, vano y fácil de la vida,
amañar este roto que es la Numancia
donde me hago fuerte  en embestida.

Para poder enhebrar aguja e hilo
- a veces tan delgado que ni lo veo - ,
solo te tengo a Ti, mi buen amigo.
¡Ayúdame a conseguir lo que deseo!

martes, 24 de marzo de 2020

DÉJAME TOCAR


Por el pan que he bendecido, 
por el agua con que he bautizado, 
por el oleo con el que he ungido, 
y la palabra que he predicado.
Por el sí que un día  te dí,
por las lágrimas que  he llorado, 
por las horas que he compartido 
y las penas que he mitigado.
Por las alegrías que he vivido
y las canciones que tu me has dado,
por librarme de mis egoísmos,
por los sueños con que he soñado.
Por esta presencia tan cierta,
Buen Pastor  resucitado,
déjame  tocar, aunque solo sea una vez,
la herida de tu costado.
José  Rodríguez  Díaz


lunes, 23 de marzo de 2020

ABRE EL BAÚL
Abre el baúl 
de mi casa vieja,
deja que escape la primavera.
Abre la puerta
de mi azotea,
que por ella se cuele
esperanza nueva.
Abre el corazón
con lo que sueña.
No dejes que se muera la enredadera
que la vida es mas que un suspiro
de amores y quimeras
y de serenatas a la luna
cuando anda llena.
Deja que mi alma se colme
de rojas fresas, 
que las flores  nuevas
llenen mi tierra,
los ojos preñados
con ilusiones viejas,
las espaldas cargadas
de sombras eternas.
Dame tu amor,
alivia mi pena,
tararea en mis oídos
salmos de estrellas,
llena mi desierto
de oasis y palmeras
que te estoy esperando, mi bien,
no agrandes con tu demora mi pena.
José Rodríguez Díaz 

domingo, 22 de marzo de 2020

EL DELEITE DE TU VERA.




Quien alumbrando te espera
de noche y al viento frío
sabe de amor.
La vigilia es pasajera,
la alborada es como un río:
sutil clamor.

Y sobra toda lámpara.
Y sobran los tiernos avisos.
Ha llegado,
rebosando mi cántara
con perfumes de narcisos,
el amado.

Quién pudiera encarcelarte,
ser prisionero contigo.
Por ti muero.
Tenerte, nunca dejarte
como pobreza y mendigo,
eso quiero.

No habrá tristeza  más grande
si se consume mi aceite
en la espera.
Y si ya mi llama no arde
no me prives del deleite
de tu vera.
José  Rodríguez  Díaz

sábado, 21 de marzo de 2020

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO  CUARTO DE CUARESMA.
CICLO A.
Jun. 9,1-41


"¿ QUÉ TE  HIZO, 
CÓMO TE ABRIÓ LOS OJOS ? "




  El evangelio de este domingo nos presenta a Jesús como el que es capaz de poner luz  e nuestra ceguera  transformando toda nuestra existencia.
 Y nos puede suceder como  al ciego de este evangelio que no puede negar lo que le ha sucedido, pero que no conoce quien ha sido el que le ha hecho tamaño favor. Al final del texto Jesús vuelve de nuevo a su vida y se le presenta, para que  ahora sí le pueda ver y conocer con los ojos de la cara y adherirse  a el , si lo desea, libre ya de presiones, con toda su vida.  " ¿ Y quien es, Señor, para que crea en  él? "
responde a la pregunta  que el mismo Jesús le hace. Hay un paso mas del Maestro en este acercarse a este hombre que no  ha cedido  ni ha querido negar lo que le ha sucedido ante las presiones y amenazas que sufrió... no puede negar su experiencia
 Y, cuando  se le dice : " Lo estas viendo: el que te está hablando, ése es "  , la respuesta es rotunda : " Creo,Señor"
 Es muy  sugerente el proceso de encuentro con el Señor que tiene este hombre que no quiere negar su experiencia, se siente salvado, pero no sabe quien ha sido...    


Aún así, se mantiene firme porque no  quiere traicionarse   en una mezcla de  agradecimiento, curiosidad y deseo  de  cercanía y  reconocimiento. Interesante observar como Jesús no le  exige nada, solo le dice cuando le unta los ojos lo que debe hacer: ir a la piscina de Siloé ( del enviado ). Y luego,  al final, se le muestra  cuando ya esta  sano, sin obligar ni presionar,  sin exigir y sin  normas...
Según los judíos  la causa de la ceguera era el pecado. Jesús curándole le libera de ese pecado, le devuelve a la vida. Con este gesto  demuestra a todos el amor, la misericordia de Dios, su cercanía...


"Yo soy la luz del mundo", gritará en el templo.  Luz para conducirnos al Padre. El que le sigue, dice, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida, promete,
  Se hace necesario dejarnos  iluminar por su  vida, por sus gestos de salvación, por su palabra:  presencia, untar los ojos con barro , ve a la piscina... y luego,  reconocerle como el Señor que  salva cuando ya y a lo largo de nuestra existencia renovada por el , se nos vaya mostrando en nuestro cotidiano caminar  en medio de dificultades o no.
 ¡¡Feliz cuarto domingo de cuaresma !!  

Nuestros hermanos mayores… “Yo solo quiero que me quieran…”



“YO SOLO QUIERO QUE ME QUIERAN…”
En estas jornadas de cuarentena no debemos olvidarnos de aquellos que son humanamente más débiles, nuestros hermanos mayores.
Además del drama y del desconcierto que estamos socialmente viviendo hay colectivos como son los mayores que están expuestos no solo a la realidad sanitaria de todos sino a la soledad y a la marginación en muchos casos. Por eso tenemos que tenerles en una atención preferente en nuestra vida diaria.
Cuando van pasando los años nos vamos dando cuenta que cada vez necesitamos menos cosas para vivir, pero sí que necesitamos que nos quieran más que antes…
Cuando se le preguntó a una persona mayor qué quería para el día de Reyes contestó: “Yo solo quiero que me quieran…” y es que todas las personas necesitamos sentirnos queridos y aceptados desde nuestra realidad concreta y sabemos que nos quieren cuando desinteresadamente se preocupan de verdad por nosotros, por nuestros problemas y anhelos, por nuestros miedos e inseguridades.
¿Qué podemos hacer por nuestros mayores?
La creatividad que redunda en el bien al otro siempre viene de Dios. La persona que ama es creativa porque siempre tiene en cuenta al otro para serle útil, para quererle haciendo acciones buenas.
Ante la situación que estamos viviendo les proponemos varias acciones.
A TENER EN CUENTA…
  1. Hay personas mayores que viven solas, sin familia cercana o simplemente familias que se han desentendido de ellos. Lo que necesitan es hablar, ser escuchados, saber que al otro lado del teléfono o del wasap hay alguien dispuesto a escucharle. No es que nosotros les metamos rollos y charlas infinitas. Ahora toca escuchar a los mayores.
  2. Para la mayoría de las personas mayores la tecnología actual es un mundo inexplorado al que no pueden acceder sin angustia o estrés. Para comunicarse con ellos telemáticamente mayoritariamente utilizan el teléfono fijo o el móvil y esto nos da muchas posibilidades de interacción con ellos.  Aquellos que utilizan internet y otras aplicaciones tienen más posibilidades de interactuar y de mejorar la calidad de la relación.
  3. Nuestra comunicación con los mayores no tiene que crearles estrés ni tensiones que podemos transmitirles con el contenido de nuestra conversación y comunicaciones.
  4. La mayoría de las personas de nuestro ambiente nunca en su vida han vivido una situación de cuarentena, por eso no saben relacionarse consigo mismo y con los demás de manera adecuada en estos momentos… La sensatez, la prudencia, el sentido común, o sea, el amor, tiene que ser la brújula que nos guía en el contacto con nuestros mayores.
  5. Hay ancianos que viven felizmente acompañados y bien atendidos por su familia, pero esos ancianos tienen que seguir manteniendo sus vínculos relacionales con sus amigos, con su comunidad parroquial, con las personas que les quieren. No olvidemos a nuestros mayores aunque vivan acompañados de familiares que les quieren.
  6. Esta situación de cuarentena produce en todas las personas un gran aumento de sensibilidad al no saber comprender ni controlar lo que pasa. Nos hemos acostumbrado tanto a decidir por nosotros mismos, a hacer nuestra voluntad, que ahora cuando la voluntad personal queda anulada no sabemos ni qué ni cómo hacer.
  7. No entrar por la puerta sino entrar por los sentidos. En esta cuarentena se prohíben las visitas físicas. No hay que visitar a nadie ni permitir que nadie te visite, por eso nuestras visitas serán a través del teléfono fijo o móvil, serán a través del oído y de la vista, es por ello que tenemos que cuidar al máximo esa manera cordial y cariñosa de comunicarnos.
  8. Cuidar los contenidos de nuestras conversaciones con los mayores. Hay que cuidar mucho los contenidos de nuestras conversaciones con ellos no entrando en temas o cuestiones que mas que ayudar pueden colaborar a engrandecer la tristeza de nuestros mayores.
  9. No llames si realmente no estás interesado por la persona. Nunca entres en contacto audiovisual con las personas mayores si realmente no lo quieres porque ellos notarán cuando tu llamada es sincera o cuando es fingida…
  10. Deja siempre el camino abierto para volver a entrar en contacto siempre que la persona mayor así lo desee.

Cuidar de otros y dejarse cuidar por otros: una experiencia desde la enfermedad


 La autora, profesora de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), nos ofrece sus reflexiones –sus confesiones– sobre la enfermedad, que nos hace vulnerables y, por eso mismo, nos sitúa más cerca del amor Dios, quien invita a los hermanos a socorrernos y, de este modo, a ser ellos mismos sanados.
 La oración del Padre Nuestro introduce este texto. En ella se nos reconoce como hijos de un mismo Padre. Esa filiación común conlleva una responsabilidad con el otro, un otro en el que me reconozco, pero que a la vez me excede y me interpela.
Cuando hablo de cuidar-de y de dejarse cuidar, quiero significar que constituyen un acto de reciprocidad de amor a fondo perdido. No es un dar para recibir. No es una renta de afecto, tal como pueden señalar algunas teorías antropológicas.
Sabemos que la enfermedad es un hecho que afecta a la globalidad de nuestro ser (cuerpo, mente, espíritu) y transforma la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás y también con Dios.
El proceso de enfermedad viene acompañado de dolor, sufrimiento, negación. También es posibilidad de apertura a una realidad nueva, una oportunidad de encontrarse con la propia debilidad y de poder reconciliarse con ella. En esta debilidad, en este abandono en los propios escombros (como señala André Louf en su libro A merced de su Gracia), es donde uno puede reencontrarse con Dios y con los hermanos.
No obstante, parece que el ambiente cultural de nuestros días nos llama a otra cosa. Hay una exigencia a ser fuertes, a resistir estoicamente los embates del dolor, de la enfermedad, y al mismo tiempo nos tienta a recluirnos hedónicamente en nosotros mismos, abocándonos muchas veces a una insoportable soledad.
De una u otra forma, todos cargamos en la vida con hechos que dolorosamente nos configuran. Para los cristianos, ese peso es la cruz. Todos llevamos nuestra cruz a cuestas. Mi cruz tiene mucho de enfermedad, dolor y pérdida. La enfermedad y la muerte han estado siempre presentes.
Aún no había cumplido los diez años cuando mi madre enfermó de cáncer. Desde entonces, el cáncer me ha acompañado hasta hoy, como una inquietante presencia, como un duelo ininterrumpido. Me he sentido muchas veces interpelada por esta enfermedad: ¿acaso quiere algo de mí? Intenté responder a esta pregunta acompañando a enfermos de cáncer en una Unidad de Cuidados Paliativos. Con el tiempo, llegué a creer que ya sabía lo suficiente.
Fue entonces cuando me tocó vivir esta enfermedad en carne propia.  El cáncer llegó a mi vida volviéndolo todo del revés; perdí ‹‹mi salud››, ‹‹mi trabajo››. Las cosas cotidianas, que precisamente por serlo parecen invisibles e insignificantes, cobraban ahora una importancia crucial (poder caminar, comer, atender las necesidades de mis hijos). Anhelaba la bendita rutina alterada en una espiral de imprevistos, fuera de todo control. Dependía tanto de los demás que a veces se me hacía insoportable. Era imposible planificar algo a medio o largo plazo. Y siempre acaba todo mediado por la enfermedad y por las constantes pruebas médicas. Siempre la pesadez de la debilidad y de la incertidumbre.
Cuando gozaba de buena salud cuidar de los otros era reconfortante, quizás, entre otras cosas, porque ahí se siente que se ejerce el control. Hay una lógica cultural que nos lleva a actuar como si todo, o casi todo, dependiera de nosotros mismos. Y uno acaba incorporando a su lenguaje los eslóganes más de moda: ‹‹uno es el dueño de su propio destino, puedes conseguir lo que te propongas››.
Dejarse cuidar es mucho más difícil, requiere una gran dosis de humildad. A lo largo de estos últimos años lo más difícil ha sido aceptar la enfermedad y dejarme cuidar por otros: familiares, amigos, incluso desconocidos que en la distancia me hacen llegar sus oraciones.  En la debilidad las expectativas sobre la vida decrecen, o mejor dicho, uno aprende a vivir creciendo hacia abajo. Los planes de futuro se perciben entonces como un artificio; hay tanta incertidumbre que la realidad se concibe en presente. El dolor solo puede expresarse en presente,  y uno solo desea ‹‹poder vivir lo mejor posible este día que empieza››.
Uno de los comentarios que peor he llevado durante mi enfermedad era: ‹‹Olga, eres muy fuerte; un ejemplo de fortaleza››. No sabía por qué, pero escuchar esa frase me generaba crispación. No me reconocía ahí. Con el tiempo lo he entendido: ¿fuerte? que en la soledad lloro de impotencia porque no me reconozco en este cuerpo; que mi cabeza me lleva a donde no quiero, a obsesiones, miedos y a veces me siento enloquecer. ¿Fuerte? que dependo para levantarme de los cuidados de mis hijos, de mi marido y de su infinita paciencia; que me sostienen permanentemente los cuidados del oncólogo, el cirujano, las enfermeras y auxiliares, la psiquiatra y sus antidepresivos. ¿Fuerte? A ti Dios mío no puedo engañarte cuando me arrodillo ante ti rogándote que tengas misericordia de mí.
Creo que esta tendencia a crearse una armadura de fortaleza nos impide acoger los dones que la vida, Dios Padre, pone en nuestras manos. Me detengo en dos aspectos que para mí han sido cruciales:  la apertura al amor y la creatividad.
La apertura al amor de Dios que nos llega a través de sus infinitas mediaciones: la oración, los sacramentos, los cuidados de los otros, la familia, los hermanos, la naturaleza, el tiempo. Acoger el amor de Dios nos lleva a descubrir en nosotros una nueva sensibilidad, esa que nos hace poner en valor aspectos de la vida que antes pasaban desapercibidos.
Recuerdo con gran cariño un hecho que podría parecer intrascendente. A la mañana siguiente de salir de la UCI, entraron en la habitación del hospital dos auxiliares de enfermería. Era la hora del aseo y yo estaba totalmente inmóvil en la cama. Sentí un pudor, una vergüenza tremendos. Solo pude decirles: ‹‹lo siento, me da mucha vergüenza››. Y cerré los ojos, como si así pudiera esconderme de mí misma. Sentí entonces el agua templada sobre mi mutilado cuerpo, el olor fresco a limón del jabón, y unas manos cuidadosas que me acariciaban mientras me hablaban con ternura. Pasaron los días y la escena se repetía, pero mis sentimientos fueron cambiando. Sentía una gratitud inmensa hacia ellas. Sabía que sus cuidados habían restaurado la dignidad que aquel día yo misma me había negado.
El amor siempre es creativo. Esa frase la escuché por primera vez, siendo muy joven, de Julián Gómez del Castillo, un testigo de Cristo que amó profundamente a la Iglesia. El amor no desiste, es fecundo, es esperanza.
La enfermedad nos deja secuelas, en especial cuando hablamos de enfermedades crónicas. Hoy dominan las enfermedades crónicas y las grandes dependencias. Este tipo de situaciones, cuando llega, lo hace para quedarse y, de alguna manera, nos transforma. Intenté repetidamente reanudar las cosas que antes de la enfermedad ocupaban mi tiempo. Volver a impartir clases, seguir acompañando enfermos en el hospital, retomar el control sobre las tareas domésticas. Mientras más empeño ponía en recuperar mi vida anterior más fuerte era la decepción. Mi cuerpo y mi cabeza se resistían, era un querer y no poder. Entonces tomé conciencia de mi cuerpo (cuando el cuerpo no duele, no se siente, es como si no existiera), un cuerpo que tengo que cuidar para hacer lo que más me importa, poder cuidar a los que tengo más cerca.
Una experiencia que me ha sostenido durante la enfermedad ha sido la cercanía con jóvenes inmigrantes procedentes de África. Era una realidad nueva para mí. Ellos necesitaban practicar español y me he prestado a visitarlos con cierta frecuencia, siempre que la enfermedad me da tregua.
Con ellos he aprendido todo aquello que nos une más allá de las diferencias de lengua, religión, nacionalidad. Nos reconocemos en lo esencialmente humano: en la conciencia de la vida, de la muerte, en el deseo, en la necesidad de ser queridos, acogidos, cuidados.
Habíamos experimentado la cercanía de la muerte, pero ellos, a sus 17 o 18 años, habían sufrido la violencia, el rechazo, el hambre, el abandono. Yo en ese momento vivía mis heridas con resentimiento, con miedo, apesadumbrada. Ellos llegaron atemorizados, desconfiados, famélicos. El tiempo, los afectos, los cuidados de unos y otros nos han ido poco a poco transformando.  Hoy podemos expresar la gratitud, la alegría y las nuevas oportunidades que nos brinda la vida. Sabemos que estamos vivos, gracias a Dios.
Como dice Alexandre Freire sobre la enfermedad en Basilio de Cesarea: ‹‹solo quien pide ser-y se sabe- amado logra amar; solo quien pide ser-y es-consolado logra consolar; solo quien pide ser –y es- acompañado puede conocerse mejor para acompañar a quien no se resigna a la dificultad de conocerse›› (De la Torre, 2019: 24).
Dejarse cuidar es aceptar la fragilidad, acoger la misericordia, vivir con gratitud los dones que Dios pone en nuestras manos cada día. Es abandonarse al Padre con la esperanza de saber que ‹‹Él hace nuevas todas las cosas›› (Ap 21,1-5).
Olga Soto Peña

Iberoamérica: Esclavitud infantil detrás las cápsulas de café


Muchos de ellos apenas llegan a los 10 años de edad; sin embargo presentan graves problemas de salud relacionados con las labores que realizan, muchas veces a cambio de un plato de comida o un sitio donde cobijarse por la noche.
Los niños esclavos de Iberoamérica han sido sistemáticamente ignorados por la prensa, aún ante las denuncias por fallecimientos de menores a causa de la realización de trabajos de alto riesgo, como la minería. la venta informal en las calles o la selección de residuos.
Las cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de niños y niñas esclavizados laboralmente en Iberoamérica, se queda pequeña. Según el organismo de la ONU supera los 6 millones.  Las peores formas de dicha explotación incluyen la utilización de menores para el tráfico de drogas y la explotación sexual. Las niñas sobretodo (y también los niños) son víctimas de toda clase de abusos con la complicidad de los estados que –desde hace décadas- no han querido ver la gravedad de este problema.
La pobreza empuja a miles de familias –generalmente de zonas rurales- a entregar a sus hijas menores de edad para labores como empleadas domésticas o la cosecha. Según la OIT, “a cambio de alimento; lo que se traduce en una situación de esclavitud”.
En Brasil, Ecuador, Paraguay, Bolivia y Argentina se tiene conocimiento de la existencia de esta práctica. Sin embargo la esclavitud infantil se naturalizó en la región. Y al tratarse de un problema que ocurre al margen de lo legal, no hay organizaciones oficiales que trabajen para combatir esta aberración.
Acusaciones a Nespresso y lavado de manos
Nespresso anuncia la suspensión de sus compras de café producido en Guatemala luego de que la televisión británica denunciara el empleo de mano de obra infantil.
Una investigación del Canal 4 británico denunció vínculos entre la marca suiza de café Nespresso y el trabajo infantil en el país centroamericano.
La empresa dice que ha dejado de comprar en la región y está investigando, señala la Fundación Thomson ReutersEnlace externo.
El documental de la emisora británica muestra a niños trabajando en seis granjas de Guatemala, el mayor productor de café de América Central. Las granjas supuestamente abastecen al gigante cafetero Nespresso, propiedad de Nestlé.
Nespresso, con sede en Suiza, asegura que su abastecimiento de granos de café tiene lugar de manera ética y que investiga las acusaciones.
“Hemos suspendido inmediatamente las compras de café de todas las granjas de la región y no las reanudaremos hasta que investiguemos y tengamos la seguridad de que no se recurre al trabajo infantil”, dijo el director ejecutivo de Nespresso, Guillaume Le Cunff.
Una investigación de la Fundación Thomson Reuters en diciembre encontró que el café producido mediante trabajo forzoso en Brasil fue declarado libre de esclavitud por los principales programas de certificación y se vendió a las grandes marcas como Nespresso.
El actor George Clooney, ganador de un Oscar y embajador de la marca Nespresso, se manifestó “sorprendido y triste” por las revelaciones.
Redacción

Papa Francisco en homilía en Santa Marta, 19-3-2020: «Entrar en el misterio de Dios no es soñar; entrar en el misterio como san José es adorar»



«El Señor eligió a un hombre «justo», un hombre de fe. Un hombre capaz de ser un hombre y también capaz de hablar con Dios, de entrar en el misterio de Dios. Y esta fue la vida de José. Vivir su profesión, su vida de hombre y entrar en el misterio. Un hombre capaz de hablar con el misterio, de interactuar con el misterio de Dios. No era un soñador. Entró en el misterio. Con la misma naturalidad con la que llevó a cabo su oficio, con esta precisión de su oficio: fue capaz de ajustar un ángulo milimétrico en la madera, sabía cómo hacerlo; fue capaz de bajar, de reducir un milímetro de la madera, de la superficie de una madera. Cierto, era preciso. Pero también era capaz de entrar en el misterio que no él podía controlar. Cuando la Iglesia pierde la posibilidad de entrar en el misterio, pierde la capacidad de adorar. La oración de adoración sólo puede darse cuando uno entra en el misterio de Dios »

Papa Francisco en homilía en Santa Marta, 20-3-2020: «Si no encuentras un sacerdote para confesarte, habla con Dios y dile: ‘Señor, he hecho esto,… Perdóname’, y prométele: ‘Me confesaré después’»





«¿Qué dice el Señor? «Vuelve, yo te curaré de tu infidelidad, te amaré profundamente, porque mi ira se ha alejado. Seré como el rocío; tú florecerás como un lirio y echarás raíces como un árbol del Líbano». Vuelve con tu padre que te está esperando. El Dios de la ternura nos curará; nos curará de muchas, muchas heridas de la vida y de muchas cosas feas que hemos hecho. ¡Cada uno tiene lo suyo! Y pensar en esa otra promesa que hace Isaías: «Si tus pecados son tan feos como la escarlata, te haré blanco como la nieve». Él es capaz de transformarnos, Él es capaz de cambiar nuestros corazones, pero quiere que demos el primer paso. Y la Cuaresma siempre se centra en esta conversión del corazón que, en el hábito cristiano, toma forma en el sacramento de la Confesión. Es el momento para dejar que Dios nos blanquee, que Dios nos purifique, que Dios nos abrace»

viernes, 20 de marzo de 2020

MI LÁMPARA

Mi lámpara encendida
con cariño, ilusión y dulce esmero.
Quiero alumbrar la vida,
¡tantas cosas que quiero...!
De entre todas ellas, arder entero.

En el camino de ida
mi paso decidido y bien certero,
bálsamo para herida,
para barcas rimero
y en la cruz del dolor, dulce madero.

Y si la fe es dormida,
encenderé de nuevo el candelero,
cirio en pascua florida,
fuente y dulce venero
donde se que está el amor prisionero.
José  Rodríguez   Díaz

jueves, 19 de marzo de 2020

VOY A PONER UNA TIENDA

Voy a poner una tienda
donde vender alegrías a granel,
grandes bolsas de esperanza,
tarros de ilusiones
y amores que sienten bien.
Venderé jícaras de buen humor,botellas de comprensión,
terrinas de ilusiones,
sacos de perdón
y solidaridad en garrafones.
Una tienda donde siempre haya saldos,
que esté siempre en liquidación.
Si no tienen para pagar
no importa, pasen,entren...,
quizá sea esta la ocasión de echar un zurcido
al desgarro del corazón.
Si, voy a poner una tienda.
 ¿ Qué les parece?
sin estanterías ni mostrador.
Solo cobraré una cosa por toda mi mercancía:
la promesa de ser cada día más humano,
un poco mejor;
de vivir atendiendo y escuchando
lo que dice el corazón.

José Rodríguez Díaz

miércoles, 18 de marzo de 2020

ASÍ MI AMOR.
Como las aguas del río
que a la mar van caminando,
así mi amor.
Como en el invierno el frío
que la estepa va escarchando,
es el dolor.

Como en mañana  el rocío
que los prados va bañando,
así el rubor.
Quiero regar el plantío,
las semillas van brotando,
mi buen señor.

El mar ya cantando espera,
el frío invierno va pasando
junto al dolor.
Ya anuncian la primavera
espigas verdes granando
y es mi rubor.

Saber que estuve sembrando
y junto al Señor regando,
así mi amor.

José  Rodríguez  Díaz