MONICIONES PARA EL CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO.CICLO A.

MONICIÓN DE ENTRADA.

Oyendo a Jesús vamos comprendiendo lo que significa el anuncio de la Buena Noticia del Reino. Hoy nos habla de las Bienaventuranza y entramos de lleno en los que hay en su corazón, lo que mueve su vida, su relación con el Padre y con los hombres. Hablándonos de ellas nos está invitando a vivir desde una nueva perspectiva. Eso es lo que nos hace discípulos suyos. Ese es el camino que el recorrió y que nosotros junto El, guiados por El, hemos de hacer.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA ( Sof. 2,3;3,12-13)

El profeta Sofonías nos habla de la necesidad de buscar a Dios, de vivir con humildad y sencillez. El Señor con su misericordia nos ayudará a encontrar la paz, a vivir en paz.

SALMO RESPONSORIAL ( Sal 145) “ Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos”

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA ( 1ª Cor. 1,26-31)

San Pablo invita a que nos miremos y así descubrir nuestra pobreza. Pobreza de la que se vale Dios para llevar a cabo su obra de salvación para todos los pueblos.

MONICIÓN AL EVANGELIO ( Mt.5,1-12ª)

Como decíamos en la monición de entrada las bienaventuranzas son la nueva ley que harán posible que el Reino de los cielos sea una realidad entre nosotros. Escuchemos.

ORACIÓN DE LOS FIELES

1.- Oremos por el Papa Francisco , los obispos y todos los que queremos seguir a Jesús, para que vivamos con sinceridad, sencillez y verdad el anuncio del Reino de los cielos.

2.- Oremos para que toda la Iglesia asuma las bienaventuranzas como un programa de vida y lo pongamos en practica cada día.

3.-Oremos por todos los que se sienten solos y desamparados, por los enfermos y los moribundos, por los que están de viaje y los que no tienen trabajo, para que desde nuestra solidaridad puedan sentir la presencia de Dios en su vida.

4,. Oremos por todos los religiosos de forma especial los de nuestra Diócesis, para que fieles a su vocación sean testigos del amor de Dios en el mundo.

5.- Oremos por la presencia de la iglesia en cada una de nuestras islas , para que bajo la protección de la Virgen, en su advocación de la Candelaria, sepamos hacer con sencillez lo que el Señor nos indica.