sábado, 21 de enero de 2017

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO TERCERO DEL TIEMPO ORDINARIO.CICLO A.
Mt.4,12-23
                        APRENDER A SER PESCADOR
    En el texto del evangelio de hoy nos dice Mateo que la profecía de Isaías se cumple con Jesús en aquella Galilea de los gentiles que andaba en oscuridad y tiniebla - los que habitaban en sombra de muerte, conocen la luz .
  Nos introduce, nos lleva de la mano hacia Jesús, su presencia, su palabra. Jesús anuncia el Reino de los Cielos como Buena Noticia, invitando al cambio, a la conversión y no solo habla de perdón de los pecados, sino que actúa desde ese perdón y posibilita que la gente descubra que Dios  sigue amándoles como el primer día. Esa es la luz de la que habló el profeta y que disipa las tinieblas,  desde ahí  la oscuridad  es vencida pues se traduce en la alegría de saberse aceptados por Dios. Esa es la Buena noticia del Reino de Dios.

 Son galileos los primeros  llamados para estar con el y a quienes les promete un oficio  nuevo sin desdeñar lo que ellos  ya conocen: seguirán siendo pescadores pero con un nueva finalidad: pescadores  de hombres. Esto solo se aprende estando  con el Maestro, estando junto al Maestro.
Jesús  se mueve de aquí para allá y ellos con el y aprenderán viendo, observando, sintiendo, renunciando, habrán de esforzarse por comprender lo que dice y como lo dice, lo que hace y desde donde lo hace. Irán aprendiendo aunque aún no tengan del todo clara cual es  la perspectiva, como hay que hacer y vivir para llegar a ser  pescadores de hombres. Lo descubrirán y será entre gozo y llanto, entre alegría y dolor, entre abundancia y necesidad, entre vaciamiento y plenitud.
Termina el texto diciéndonos que  "recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo" y ellos con El, junto a El.
  Llamados de entre  el reino de las tinieblas para ser mensajeros de luz, de paz, de consuelo, sin quitarles ni desdeñar su oficio, sin sacarles de su entrono.Es ahí donde ha de brillar esa esperanza que el pueblo de forma consciente o no, alienta y guarda en su corazón. Hay que sacarla a flote.
Eso  hoy, también es lo nuestro.
¡¡Feliz día del Señor!!
 
 

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