25 DE DICIEMBRE.
ESTA NOCHE ES NOCHE BUENA
En estos días, pero fundamentalmente esta noche y mañana, estamos invitados a contemplar, a mirar al portal y contemplar. Son días para la interioridad, para acercarnos un poquitín mas al misterio de Dios y al nuestro.
Es una hermosa ocasión que cada año se nos ofrece, no debemos dejar que la alegría de la fiesta la ahogue.
Estos días los vivimos deseándonos lo mejor, que bueno si esta actitud durara todo el año, no por el deseo en si, que se supone que es verdad, sino por la carga de ternura y de cercanía que lleva.
A los que contamos algunos años, se nos enternece el recuerdo y la tristeza puede intentar alojarse en el corazón. Pero no. Hay que mirar al pesebre, siempre lo hemos hecho, de niños, con ojos de niños, de mayores, con ojos y recuerdos de mayores, pero hemos mirado y contemplado , no dejemos de hacerlo.
Hemos de poner lo que haga falta para dar cabida a la gran esperanza que se representa y que se nos ofrece.
La vida pasa rápido, es pasajera y nosotros con ella, aunque el corazón lo disimule porque el niño que llevamos dentro se resiste a crecer. Esto es verdad, pero no es toda la verdad. El gran mensaje de Belén desde el primer año hasta el último y de todos los años, sigue siendo:
Dios - está - con - nosotros
Esa es la otra parte de la verdad.
Por tanto, fuera miedos, desconsuelos, tristezas y todo lo que pueda empañar la alegre esperanza que estos dìas nos ofrecen.
Aprovechemos estas fiestas para celebrar, estar con los nuestros, ser solidarios, viajar, compartir, pero no nos olvidemos de interiorizar, de pararnos ante cualquier belén y sin hacer promesas, dejar que nazca de nuestro interior el deseo de ser mejores y de colaborar para que el mundo también lo sea. Dejemos que Dios esté con nosotros, a nuestro lado.
Con nuestros mejores deseos:
¡¡FELIZ NOCHE BUENA!!
¡¡FELIZ NAVIDAD!!
ESTA NOCHE ES NOCHE BUENA
En estos días, pero fundamentalmente esta noche y mañana, estamos invitados a contemplar, a mirar al portal y contemplar. Son días para la interioridad, para acercarnos un poquitín mas al misterio de Dios y al nuestro.
Es una hermosa ocasión que cada año se nos ofrece, no debemos dejar que la alegría de la fiesta la ahogue.
Estos días los vivimos deseándonos lo mejor, que bueno si esta actitud durara todo el año, no por el deseo en si, que se supone que es verdad, sino por la carga de ternura y de cercanía que lleva.
A los que contamos algunos años, se nos enternece el recuerdo y la tristeza puede intentar alojarse en el corazón. Pero no. Hay que mirar al pesebre, siempre lo hemos hecho, de niños, con ojos de niños, de mayores, con ojos y recuerdos de mayores, pero hemos mirado y contemplado , no dejemos de hacerlo.
Hemos de poner lo que haga falta para dar cabida a la gran esperanza que se representa y que se nos ofrece.
La vida pasa rápido, es pasajera y nosotros con ella, aunque el corazón lo disimule porque el niño que llevamos dentro se resiste a crecer. Esto es verdad, pero no es toda la verdad. El gran mensaje de Belén desde el primer año hasta el último y de todos los años, sigue siendo:
Dios - está - con - nosotros
Esa es la otra parte de la verdad.
Por tanto, fuera miedos, desconsuelos, tristezas y todo lo que pueda empañar la alegre esperanza que estos dìas nos ofrecen.
Aprovechemos estas fiestas para celebrar, estar con los nuestros, ser solidarios, viajar, compartir, pero no nos olvidemos de interiorizar, de pararnos ante cualquier belén y sin hacer promesas, dejar que nazca de nuestro interior el deseo de ser mejores y de colaborar para que el mundo también lo sea. Dejemos que Dios esté con nosotros, a nuestro lado.
Con nuestros mejores deseos:
¡¡FELIZ NOCHE BUENA!!
¡¡FELIZ NAVIDAD!!
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