Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor
Jun 20,1-9
YA QUEDA POCA NOCHE...YA EL DÍA VIENE APUNTANDO.
Aún debe transcurrir el sábado, día en que la comunidad cristiana no tiene mas ojos que aquellos que contemplan la Cruz de Cristo, en espera a que llegue el caer de la tarde, el ocaso del sol, cuando ya la noche apunta y el alba se presiente, cuando nos reunamos a celebrar la Vigilia Pascual que nos hablará de vida nueva.
Y... volveremos a mirar la cruz ya como signo indiscutible de salvación y como algo que siempre nos va a acompañar a lo largo de toda nuestra vida.
Llegará el día nuevo, con la claridad que nos regala sol y nos permitirá descubrir que el sepulcro de Cristo está vacío, aunque nosotros lo presentíamos ha rato.
Con María, la que buscó al Señor desde muy temprano, al alba, estamos todos en búsqueda, desafiando miedos, incertidumbres y sombras que nos impiden ver. Con María le vamos a descubrir una vez mas, en el sendero de nuestra vida y será como una nueva creación y seremos mensajeros enviados a contar a los hermanos que el Maestro vive, anunciando su muerte, proclamando su resurrección y una y mil veces suplicándole: ¡¡Ven, Señor Jesús!!
Es el día del ¡¡ALELUYA!! en el que toda la Iglesia se regocija y se renueva, recupera las fuerzas perdidas, supera agobios y tristezas y sin dudarlo, se atreve a encender su lámpara con aceite nueva recogida en la almazara de la cruz, reposada en la tinaja del sepulcro y perfumada con el néctar de las flores de la primavera de Dios Padre y cantará, unas veces en susurro y otras a voz en grito, aquello de ¡¡Este es el día del Señor, este es el tiempo de la misericordia!!
¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!!
Jun 20,1-9
YA QUEDA POCA NOCHE...YA EL DÍA VIENE APUNTANDO.
Aún debe transcurrir el sábado, día en que la comunidad cristiana no tiene mas ojos que aquellos que contemplan la Cruz de Cristo, en espera a que llegue el caer de la tarde, el ocaso del sol, cuando ya la noche apunta y el alba se presiente, cuando nos reunamos a celebrar la Vigilia Pascual que nos hablará de vida nueva.
Y... volveremos a mirar la cruz ya como signo indiscutible de salvación y como algo que siempre nos va a acompañar a lo largo de toda nuestra vida.
Llegará el día nuevo, con la claridad que nos regala sol y nos permitirá descubrir que el sepulcro de Cristo está vacío, aunque nosotros lo presentíamos ha rato.
Con María, la que buscó al Señor desde muy temprano, al alba, estamos todos en búsqueda, desafiando miedos, incertidumbres y sombras que nos impiden ver. Con María le vamos a descubrir una vez mas, en el sendero de nuestra vida y será como una nueva creación y seremos mensajeros enviados a contar a los hermanos que el Maestro vive, anunciando su muerte, proclamando su resurrección y una y mil veces suplicándole: ¡¡Ven, Señor Jesús!!
Es el día del ¡¡ALELUYA!! en el que toda la Iglesia se regocija y se renueva, recupera las fuerzas perdidas, supera agobios y tristezas y sin dudarlo, se atreve a encender su lámpara con aceite nueva recogida en la almazara de la cruz, reposada en la tinaja del sepulcro y perfumada con el néctar de las flores de la primavera de Dios Padre y cantará, unas veces en susurro y otras a voz en grito, aquello de ¡¡Este es el día del Señor, este es el tiempo de la misericordia!!
¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!!