sábado, 10 de marzo de 2018

EL PAPA FRANCISCO HA DICHO






Papa Francisco en celebración penitencial: 9-3-18: «Pidamos al Señor la gracia de conocer la grandeza de su amor, que borra todos nuestros pecados»


* «Cuánta alegría y consuelo nos dan las palabras de san Juan que hemos escuchado: es tal el amor que Dios nos tiene, que nos hizo sus hijos, y, cuando podamos verlo cara a cara, descubriremos aún más la grandeza de su amor (cf. 1 Jn 3,1-10.19-22). No sólo eso. El amor de Dios es siempre más grande de lo que podemos imaginar, y se extiende incluso más allá de cualquier pecado. ¡Qué difícil es dejarse amar verdaderamente! Siempre nos gustaría que algo de nosotros no esté obligado a la gratitud, cuando en realidad estamos en deuda por todo, porque Dios es el primero y nos salva completamente, con amor. Dejémonos purificar por el amor para reconocer el amor verdadero»




Papa Francisco en la Audiencia General 7-3-18: «La misa no se paga. La misa es el sacrificio de Cristo, que es gratuito. La redención es gratuita»

* «La súplica, como la ofrenda, se presenta a Dios por todos los miembros de la Iglesia, vivos y muertos, en  la bendita esperanza de compartir la herencia eterna del cielo, con la Virgen María (cf CCC, 1369-1371). Ninguno y nada son olvidados en la Plegaria eucarística, sino que todo se reconduce a Dios, como lo recuerda la doxología que la concluye. Ninguno es olvidado. Y si tengo alguna persona, parientes, amigos, que están necesitados o que han pasado de este mundo al otro, puedo nombrarlos en ese momento, interna y silenciosamente, o escribir para que se pronuncie su nombre. "Padre, ¿cuánto tengo que pagar para que digan ese nombre allí?" - "Nada"»

Papa Francisco en homilía en Santa Marta 5-3-18: «Pedir la gracia de discernir cuándo pienso con el espíritu del mundo y cuándo con el espíritu de Dios»

* «La fe no es un espectáculo: es la Palabra de Dios y el Espíritu Santo que obra en los corazones ¿Yo pienso con un estilo cristiano o con un estilo pagano? Éste es el mensaje que la Iglesia nos da hoy. Podemos formular la pregunta: ‘¿Con qué espíritu pienso yo? ¿Con el espíritu del Señor o con espíritu propio, el espíritu de la comunidad a la que pertenezco o del grupito o de la clase social de la que formo parte, o del partido político al que pertenezco? ¿Con qué espíritu pienso yo?’ Y ver si yo pienso verdaderamente con el espíritu de Dios. Y pedir la gracia de la conversión del pensamiento»



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