DOMINGO TERCERO DE CUARESMA. CICLO B.
Jun.2,13-25.
LO NUESTRO ES HACER EL CAMINO MAS FÁCIL
"Pero él hablaba del templo su cuerpo" nos dice el evangelista al relatarnos lo acontecido en el templo de Jerusalén el día en que Jesús fue allá y tiro por los suelos todo lo que a su paso encontró con látigo en mano y reivindicando el honor del Nombre de Dios y el del templo como casa de oración. Jesús sabía lo que esta forma de actuar le acarrearía, pero no se dejo dominar por el que dirán y mucho menos por el miedo, y así lo expresó.Si hubiera callado, si no hubiera actuado, estaría manifestando su infidelidad al Padre y su cobardía.
El manejo de Dios por parte de los hombres para hacer de la fe de los sencillos un negocio; el aprovecharse de la necesidad que tiene todo hombre de encontrarse con el trascendente; la bajeza de querer usurpar el lugar de Dios y de convertir el espacio de encuentro y gozo en todo lo contrario, no es solo de aquella época en la que Jesús vivió y denunció, también lo podemos encontrar y lo encontramos en la nuestra..
El afán del hombre de controlar lo trascendente y con ello el corazón, la mente y los deseos de los demás, es algo que Dios no resiste y así lo manifestó Jesús tomando esa actitud violenta y llamativa de expulsar a toda aquella gente de allí y que allí se había establecido con el beneplácito y la bendición de los responsables del lugar sagrado.
La relación del hombre con Dios es sagrada y nadie la debe mancillar. A Dios no se le vende ni se le compra, eso es una blasfemia que atenta a su honor y al honor del hombre. El hombre es de Dios, es de su propiedad y eso, nosotros, los seguidores de Cristo, hemos de tenerlo bien claro.
A muchos sorprende y desestabiliza, encontrarnos con este pasaje en donde Jesús, el predicador de la paz, del amor, de la no violencia, se vuelve violento y arremete contra los que allí hacían negocio con la fe de los sencillos; es que eso es irresistible para Dios, para Jesús y también lo debe ser para sus seguidores.
¡¡Feliz día del Señor!!
Jun.2,13-25.
LO NUESTRO ES HACER EL CAMINO MAS FÁCIL
"Pero él hablaba del templo su cuerpo" nos dice el evangelista al relatarnos lo acontecido en el templo de Jerusalén el día en que Jesús fue allá y tiro por los suelos todo lo que a su paso encontró con látigo en mano y reivindicando el honor del Nombre de Dios y el del templo como casa de oración. Jesús sabía lo que esta forma de actuar le acarrearía, pero no se dejo dominar por el que dirán y mucho menos por el miedo, y así lo expresó.Si hubiera callado, si no hubiera actuado, estaría manifestando su infidelidad al Padre y su cobardía.
El afán del hombre de controlar lo trascendente y con ello el corazón, la mente y los deseos de los demás, es algo que Dios no resiste y así lo manifestó Jesús tomando esa actitud violenta y llamativa de expulsar a toda aquella gente de allí y que allí se había establecido con el beneplácito y la bendición de los responsables del lugar sagrado.
La relación del hombre con Dios es sagrada y nadie la debe mancillar. A Dios no se le vende ni se le compra, eso es una blasfemia que atenta a su honor y al honor del hombre. El hombre es de Dios, es de su propiedad y eso, nosotros, los seguidores de Cristo, hemos de tenerlo bien claro.
A muchos sorprende y desestabiliza, encontrarnos con este pasaje en donde Jesús, el predicador de la paz, del amor, de la no violencia, se vuelve violento y arremete contra los que allí hacían negocio con la fe de los sencillos; es que eso es irresistible para Dios, para Jesús y también lo debe ser para sus seguidores.
¡¡Feliz día del Señor!!
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