" HACED ESTO EN MEMORIA MÍA"
Hoy es Jueves Santo y como todos los Jueves Santo, como cada año, estamos invitados a una cena.
Las personas solemos celebrar las fiestas importantes reuniéndonos alrededor de la mesa para compartir no solo los alimentos, sino también la amistad, la alegría de reencontrarnos y de afianzarnos en nuestras raíces.
Jesús, como todo buen judío, invita a los suyos a reunirse en cena para celebrar la Pascua, fiesta por excelencia del pueblo judío que conmemora su nacimiento desde el bilateral compromiso de la alianza con Dios: " Yo seré tu Dios, tu serás mi pueblo". Esta fiesta no puede dejar de celebrarse; Jesús lo ha heredado, lo entiende así, así lo cree y así lo hace con su grupo.
La fiesta de la Pascua no solo servía para dar gracias al Señor, sino para mantener viva y fresca la memoria, la tradición, de un pueblo para con su Dios.
Esta cena de la fiesta de la Pascua tenía un preámbulo que hacía que todos los ojos y la atención estuviesen puestos en el patriarca de la familia, el hombre mas anciano, pues de sus labios, los mayores habían de recordar las hazañas del Señor en favor del pueblo y renovar la alianza; los niños aprendían, escuchando, la importancia de tomar el testigo de la fidelidad a la tradicción
La cena de Jesús que da nacimiento a lo que hoy llamamos Jueves Santo, tiene algo especial pues el Maestro, sabiendo que llega su hora, reúne a los suyos para celebrar la fiesta y realizar su entrega a la voluntad del Padre dando paso y sellando una nueva Alianza entre Dios y el pueblo.
Los ojos puestos en el Nazareno, en sus gestos y mirada, fijos en sus manos y los oídos pendientes de sus palabras, poco a poco, los discípulos van descubriendo el alcance de la misión de Jesús, aunque no del todo y van aprendiendo y oyendo cómo el mandamiento del amor es lo principal y primero. Es así como se manifiesta Jesús, cómo revela al Padre y como deben relacionarse entre ellos. No se trata de altanería, sino de entrega fiel y solícita. Eso es lo que non pide que aprendamos. El "Haced esto en memoria mía" no se refiere solamente a un momento puntual, sino que ese " esto " nos está remitiendo a una vida de entrega que culmina en plenitud de donación abarcando toda una existencia convocada, llamada a vivir como Jesús, a entregarse como Jesús... en favor de todos y es a eso y no a otra cosa, a lo que se nos invita, lo que se nos pide.
La Iglesia siempre ha de estar dispuesta a aprender a ofrecerse al Padre, a abandonarse en sus manos en favor de los hombres, de todo hombre.
Este es el Nuevo Pueblo de Dios que nace el Jueves Santo, esa es la Nueva Alianza que Jesús sella y ahí estamos implicados los que queremos seguir al Nazareno: entregado, muerto y resucitado para gloria del Dios Trinitario y del mundo.
¡¡Feliz día del Amor Fraterno!!
Hoy es Jueves Santo y como todos los Jueves Santo, como cada año, estamos invitados a una cena.
Las personas solemos celebrar las fiestas importantes reuniéndonos alrededor de la mesa para compartir no solo los alimentos, sino también la amistad, la alegría de reencontrarnos y de afianzarnos en nuestras raíces.
Jesús, como todo buen judío, invita a los suyos a reunirse en cena para celebrar la Pascua, fiesta por excelencia del pueblo judío que conmemora su nacimiento desde el bilateral compromiso de la alianza con Dios: " Yo seré tu Dios, tu serás mi pueblo". Esta fiesta no puede dejar de celebrarse; Jesús lo ha heredado, lo entiende así, así lo cree y así lo hace con su grupo.
La fiesta de la Pascua no solo servía para dar gracias al Señor, sino para mantener viva y fresca la memoria, la tradición, de un pueblo para con su Dios.
Esta cena de la fiesta de la Pascua tenía un preámbulo que hacía que todos los ojos y la atención estuviesen puestos en el patriarca de la familia, el hombre mas anciano, pues de sus labios, los mayores habían de recordar las hazañas del Señor en favor del pueblo y renovar la alianza; los niños aprendían, escuchando, la importancia de tomar el testigo de la fidelidad a la tradicción
La cena de Jesús que da nacimiento a lo que hoy llamamos Jueves Santo, tiene algo especial pues el Maestro, sabiendo que llega su hora, reúne a los suyos para celebrar la fiesta y realizar su entrega a la voluntad del Padre dando paso y sellando una nueva Alianza entre Dios y el pueblo.
Los ojos puestos en el Nazareno, en sus gestos y mirada, fijos en sus manos y los oídos pendientes de sus palabras, poco a poco, los discípulos van descubriendo el alcance de la misión de Jesús, aunque no del todo y van aprendiendo y oyendo cómo el mandamiento del amor es lo principal y primero. Es así como se manifiesta Jesús, cómo revela al Padre y como deben relacionarse entre ellos. No se trata de altanería, sino de entrega fiel y solícita. Eso es lo que non pide que aprendamos. El "Haced esto en memoria mía" no se refiere solamente a un momento puntual, sino que ese " esto " nos está remitiendo a una vida de entrega que culmina en plenitud de donación abarcando toda una existencia convocada, llamada a vivir como Jesús, a entregarse como Jesús... en favor de todos y es a eso y no a otra cosa, a lo que se nos invita, lo que se nos pide.
La Iglesia siempre ha de estar dispuesta a aprender a ofrecerse al Padre, a abandonarse en sus manos en favor de los hombres, de todo hombre.
Este es el Nuevo Pueblo de Dios que nace el Jueves Santo, esa es la Nueva Alianza que Jesús sella y ahí estamos implicados los que queremos seguir al Nazareno: entregado, muerto y resucitado para gloria del Dios Trinitario y del mundo.
¡¡Feliz día del Amor Fraterno!!
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