viernes, 29 de marzo de 2024

VIERNES SANTO DE 2024. LA PASIÓN DEL SEÑOR

 UNA MUERTE QUE LIBERA

   Nos reunimos esta tarde, hermanos para  contemplar, meditar y celebrar la muerte de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz. Hemos de andar en el deseo de redescubrir todo lo que esta muerte significa para la humanidad y de forma especial para los creyentes, para aquellos que le confesamos como el Hijo Dios verdadero, el Hijo Amado del Padre, para los que le reconocemos y confesamos como Nuestro Señor Jesucristo.

Podemos caer en la tentación de estar repitiendo lo de todos los años sin esforzarnos por tratar de redescubrir lo que esta muerte acaecida mucho tiempo atrás sigue reclamando en el presente; podemos caer en lugares comunes, que no debemos olvidar ni despreciar, como por ejemplo que murió por nuestra salvación, que fué de forma injusta, que su muerte tan violenta nos ha salvado, etc. , etc. Bien, todo eso ya lo sabemos, pero hay que buscar mas, escarbar en este acontecimiento que seguro vamos a encontrar mas cosas que nos ayudaran a entrar en los sentimientos y en el corazón de Jesús .

Una de esas cosas me parece  que está en el empeño que Jesús manifiesta de liberar a Dios de las prisión a la que le habían sometido los dirigentes religiosos de Israel. Liberar a Dios de las garras de aquellos que pensando lo podían  controlar le tenían sometido, sometiendo a su vez a los hombres que le buscaban de forma sincera  y transparente con normas, preceptos, cumplimientos, que poco tenían que ver con Dios y con los hermanos. 


El Templo se había convertido en cueva de ladrones y culpables de todo ello eran  los dirigentes religiosos que permitían y consentían todo aquello cosa que el mismo Jesús denuncia, estos dirigentes  no eran ladrones tanto de dinero o de bienes materiales, como de algo mas serio y sutil como el apropiarse de Dios a base de normas y preceptos que obstaculizaban el encuentro desde la naturalidad y la sencillez y del derecho que tiene todo persona de poder encontrarlo. De hecho, a Jesús se le condena por blasfemo cuando en verdad el no lo hizo, sino que confesó su realidad a quien se la solicitaba como autoridad religiosa. El deber de esta autoridad religiosa era ayudar, preocuparse porque el pueblo encontrara el camino desde los profetas, los salmos y la propia experiencia, desde los momentos que les estaba tocando vivir. La gente estaba perdida. El, Jesús, lo dice en determinado momento y es desde ese darse cuenta de la situación real que  lucha por sacar adelante la imagen renovada del Dios Padre cercano y familiar del éxodo, cosa a lo que se niega la cúpula religiosa del momento por lo que  prefieren condenarle. Una vez mas los intereses de un grupo por encima del bien común y de la paz y el bienestar del pueblo.

Así que, celebrar hoy la muerte de Cristo significa  celebrar la devolución de la libertad al hombre que busca a Dios a quien se le ha rodeado de normas y preceptos que lo ocultan o por lo menos lo  desfiguran. Podemos decir que la muerte de Cristo rompe con toda clase de barreras que en muchas ocasiones un servicio religioso de forma consciente o no, coloca entre el hombre y Dios. Cuando los Sinópticos nos dicen que el velo del templo se rasgo de arriba abajo, no están queriendo decir otra cosa mas que esto: con la muerte de Jesús en la cruz se  han venido abajo todos los obstáculos que  el hombre pueda encontrar para relacionarse con Padre Dios.

¡¡Feliz Viernes Santo!!

José Rodríguez Díaz


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