sábado, 16 de marzo de 2024

¿Cuáles son los problemas éticos y morales de la fecundación ‘in vitro’? Responde Rafaela de la Brena, Cátedra de Bioética Jérôme Lejeune

 

* «Un embrión es un ser humano desde la fecundación y los embriones congelados convierten al hijo en algo intercambiable, negociable, comerciable que al final yo puedo clasificar, congelar, descongelar o transferir como si fuera un objeto. Es un drama porque convierten al hijo en algo intercambiable, negociable, comerciable que al final yo puedo clasificar, congelar, descongelar o transferir como si fuera un objeto. No todo lo legalmente posible es siempre éticamente aceptable»

 España cuenta entre 650.000 y 700.000 embriones congelados, de los cuales la inmensa mayoría acaban muriendo. Así lo ha indicado en ‘ECCLESIA al día’ de 13 TV la responsable de la Cátedra Internacional de Bioética Jérôme Lejeune, Rafaela de la Brena.

De La Brena ha aclarado que un embrión es “un ser humano desde el momento en el que se produce la fecundación hasta sus dos primeros meses de vida. Luego se produce el desarrollo embrionario hasta su nacimiento, que es cuando lo llamamos feto”, ha explicado.

Por desgracia, España es uno de los países con mayores cifras de embriones congelados, que se mantienen en tanques de nitrógeno líquido a 150 grados bajo cero, con la carga ética y legal que supone, ya que como apunta la responsable de la Cátedra Internacional de Bioética Jérôme Lejeune, es atentar contra la vida.

“No dejamos de tener a una persona congelada con su desarrollo como persona completamente parado cuando se produce el proceso de conservación y estamos atentando contra la dignidad de la persona, que lo es desde el momento de que fue concebida, independientemente de que fuera concebido en un laboratorio o por el acto sexual”, ha comentado Rafaela de la Brena.

«Convierten al hijo en algo comerciable y negociable»

A juicio de Rafaela de la Brena, España ha llegado a normalizar estas prácticas como consecuencia de la cultura consumista que invade todos los ámbitos de la sociedad, y que atribuye desde el momento en el que legaliza el aborto: “Desde el momento en el que puedo matar al embrión con el aborto, pues abro la puerta a que estas personas puedan ser generadas artificialmente y perfeccionadas a nuesto antojo. Es la cultura materialista, del consumismo, del deseo que vivimos en otros ámbitos de la vida. Es un drama porque convierten al hijo en algo intercambiable, negociable, comerciable que al final yo puedo clasificar, congelar, descong

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