sábado, 2 de marzo de 2024

LA PALABRA DEL DOMINGO . DOMINGO TERCERO DE CUARESMA . CICLO B.

 REIVINDICANDO LA CASA DEL PADRE 

Entramos esta semana en la tercera semana de cuaresma y  en lo que respecta al texto del evangelio nos encontramos con la novedad de que no es San Mateo como venia siendo, sino que en este domingo se nos propone San Juan. si, San Juan y con un acontecimiento en la vida de Jesús que todos los Evangelistas consignan: nada mas y nada menos que la expulsión de los mercaderes del templo. En cada uno de los relatos nos encontramos una misma reivindicación en los labios de Jesús: el templo es casa de oración y no de  negocios y  también la reacción de la autoridad religiosa  ante este acontecimiento que decide eliminar a Jesús.

Este texto puede resultarnos desconcertante y casi nos deja sin saber que decir pues pensar que Jesús espolea a los mercaderes y les empuja fuera del templo, resulta chocante frente a la imagen que a lo largo de los testimonios evangélicos se nos ofrece de su persona: mansedumbre, misericordia, paciencia, cercanía... Uno dice: caramba, esto no lo esperaba...  y la pregunta  ¿ como interpretar este hecho?

Decir que desde hacia tiempo, el templo no estaba respondiendo a las expectativas del pueblo de Israel pues había dado paso a una, cada vez mas,  degradación de su función como casa de encuentro, de Dios, casa de oración que es lo que Jesús reivindica. De hecho el grupo de los Esenios que se refugian a las orillas del Mar Muerto lo hacen como reivindicación de un culto mas acorde a la ley de Moisés, a la alianza  y lo hacen con la esperanza de que siendo fieles al Señor provocan la pronto venida de Mesías que todos, de alguna forma u otra, están esperando. Que se cumplieran estas expectativas o no sería otro cantar, lo cierto y lo que nos interesa es saber que el templo estaba siendo lugar que generaba tensiones y descontentos en la gente sencilla, lugar de desencuentro  y no de oración y de toma de conciencia de ser el pueblo de Dios, el pueblo de la Alianza. Este descontento unido a la presión que sufrían debido a la presencia opresora  de Roma, favorece que nazca entre ellos grupos violentos  que aprovechaban las fiestas para hacer notar sus  reivindicaciones. ( Zelotes, Iscariotes y otros ).

Y es en este contexto en donde Jesús actúa, habla con autoridad y muestra que lo hace desde el Dios de los Padres, el Dios de la Alianza, curando a los enfermos, desconcertando a los que tenían a Dios secuestrado y en el relato que nos da San Juan a demás de todo ello, diciendo que  aunque le maten, que es lo que las autoridades estan pensando, el se levantará victorioso de la muerte, lo dice con la mención del templo levantado en tres día, habla de su resurrección, nos aclara el evangelista.

La Reivindicación común a todos los evangelista y que aparece en boca de Jesús es esta: la casa de mi Padre es casa de oración y la habéis convertido en cueva de ladrones.

Y nos damos cuenta de que Jesús no solo está hablando de negocios y dinero sino que también está hablando de esperanza que esta siendo robada, de sentimiento de pertenencia y de comunión que están siendo maltrecho, de  fe en la palabra de Dios que esta siendo ignorada, de venta de la gracia de Dios  que siempre ha sido don y regalo, de intento de dominar los tiempo impidiendo o queriendo ignorar que Dios sigue actuando y que el tiempo es de Dios, de sincretismo al adorar y colocar en un mismo espacio a Dios y el dinero, al cesar y a Dios.

Todo esto nos debe advertir a nosotros, Nuevo Pueblo de la Nueva Alianza y  ayudarnos a reflexionar, a preguntarnos que estamos haciendo  no solo con nuestra fe, sino con la de los demás y ver si somos fáciles ante cualquier  tentación de manipular la imagen de Dios según conveniencia.

¡¡Feliz tercer domingo de Cuaresma¡¡

José Rodríguez Díaz   


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