sábado, 23 de marzo de 2024

La Palabra del Domingo de Ramos del 2024. Ciclo B

UNA MISIÓN QUE CUMPLIR

Como todos sabemos en estos día  en que celebramos la Pasión del Señor  los textos de los evangelios para proclamar son los relatos de la Pasión del Señor  y en este domingo nos toca leer a San Marcos. La lectura de la pasión según San Marcos viene precedida por  otros dos textos uno del antiguo testamento que es de Isaías  (50 4-7) que pertenece al tercer cántico del  del Siervo de Yahvé y  en donde se habla de la docilidad de este sirvo, de su estar con el oído atento al tiempo que manifiesta  que la palabra del Señor lo sostiene en la adversidad y ante el sufrimiento que le proporcionan los suyos. El sabe que no quedará avergonzado.

 El salmo es el 21 y es la oración del hombre que en el sufrimiento  experimenta una tremenda soledad, el vacío que  le produce la duda y que le lleva a pensar que Dios está ausente de su vida. Es el salmo con el que Jesús ora al Padre en la cruz.

La segunda lectura  es de  San Pablo a los Filipenses ( 2,6-11) Es un himno  que ensalza la entrega de Jesús y que en cierto modo nos recuerda  la carta a los Hebreos en donde se habla  de la entrega y del sacerdocio de Cristo.

Y el Evangelio, como ya hemos dicho, es el relato de la pasión que nos ofrece San Marcos y en donde vamos a  escuchar la confesión de fe que hace el romano  al ver morir a Jesús  reconociéndolo como Hijo de Dios.

Nos damos cuenta que desde estos relatos de la pasión, de cualquier evangelista, entendemos mejor todo lo que Pablo, los Profetas y la Primera Comunidad nos dice.

Esta Semana Santa  nos plantea un reto que es el siguiente: ante nuestros  ojos está  o el pasar estos acontecimientos como una fiesta mas o el plantearnos seriamente que es lo que el Señor me esta pidiendo personalmente. Es una ocasión para preguntarnos donde estamos con respecto a Dios y a los demás, con respecto a la vida  y todo lo que en ella  hay de  alegría, pero también de sufrimiento, dolor, perdida o desconcierto.

Hay algo que no podemos olvidar  y es que hemos sido llamados y enviados para  anunciar la Buena Noticia a los hombres.

José Rodríguez Díaz 


 

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