MONICIONES PARA EL DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B.

 MONICIÓN DE ENTRADA.

Bienvenidos hermanos a la celebración dominical de la Eucaristía donde el Señor nos muestra su rostro y nos habla directamente al corazón. Pongamos pues todos nuestros sentidos alerta porque el Señor  quiere hablarnos, llegar a nosotros de forma especial y reforzar nuestra  fe, esperanza y caridad. Recibimos al celebrante.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA. (Deut. 6,2-6)

Moisés pide al pueblo que no olvide la presencia de Dios a lo largo de  su vida y que esto lo enseñe a los niños. El amor  a Dios hay que traducirlo  en realidad que complete la existencia.

SALMO RESPONSORIAL ( Sal.  17) " Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza"

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA ( Heb. 7,23-28)

Nos dice el autor de la carta a los Hebreos que Jesús es sumo sacerdote  por voluntad del Padre y tiene el sacerdocio para siempre, que no pasa.

MONICIÓN AL EVANGELIO ( Mar.  12,28-34)

En  este texto vamos a escuchar como el primer mandamiento y el segundo  forman una unidad que no podemos separar. El reino de Dios se va construyendo desde ahí.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

1.- Oremos por toda la iglesia convocada en sínodo, para que sepamos  escuchar y dejarnos llevar por la fuerza del Espíritu en esto que se nos pide. R

2.- Oremos por el papa y todos los obispos, para que sean fieles a la misión que se les ha encomendado sirviendo desde el evangelio a los hermanos y en especial a los mas necesitados. R

3.- Oremos por los hermanos de la Palma para que el Señor les proteja, les guarde, les de la fortaleza para superar los momentos que viven y el volcán termine pronto. R

4.- Oremos por  los inmigrantes que siguen llegando a nuestra tierra, para que  sepamos acogerles, ayudarles a que salgan adelante y puedan cumplir sus sueños. R

5.- Oremos por los  que  han perdido razón de su existencia, por los  ancianos que viven solos, por los jóvenes para que tengan ánimo y se forjen un futuro, por las familias, para que siempre estén unidos en el amor y el perdón,  por los niños, para que sepamos  escucharles y protegerles del mal. R