SI QUIERES MANDAR, SIRVE.
En el texto del evangelio de este domingo se nos dice que los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, se cercan a Jesús para pedirle que haga lo que ellos quieren y que no es otra cosa mas que estar a su derecha y a su izquierda, es decir, le piden puestos relevantes para mandar y organizar. Jesús conversa con ellos y le hace caer en la cuenta de que el tema de estar sentados a su lado no va por ahí, aparte de que han de estar dispuestos a entregarse con una entrega como la que el esta realizando. Esa dádiva le corresponde al Padre, darla o no. La semilla de la discordia, desconfianza y desunión ya está sembrada en el grupo y lo vemos en la indignación que se apodera del resto. Jesús se da cuenta y de forma inmediata sale al paso dándoles una catequesis sobre el deseo de estar por encima de los demás, de sobresalir, de mando y apela a la grandeza que ellos deben buscar que se encuentra en el servicio. La grandeza del discípulo está en aprender a vivir como el maestro , teniendo sus mismos sentimientos. El respeto de los otros no se ha de ganar desde el poder y el mando, sino desde la dimensión humana de cercanía y servicio en todo momento llegando a entregar su vida por todos si fuera necesario. Ahí está la cuestión... Ahí es donde debemos poner nuestro empeño en nuestras parroquias o comunidades... No estamos en ello si no es para medrar, pero no en poder y prestigio, sino en servicio y disponibilidad en imitación del Maestro. Ese ha de ser nuestro aprendizaje, eso es lo que nos debe preocupar . Es ahí el puesto al que debemos aspirar.
La lección es muy sencilla al tiempo que radical pues toca nuestra condición humana ya que nos obliga a repensarnos y a estar vigilantes, porque con mucha facilidad y de forma muy sutil esos deseos salen a flor de piel de miles formas y maneras.
Hemos de estar vigilantes pues lo mismo que sucedió en el grupo de los once, también puede pasar en nuestros grupos parroquiales con el afán de protagonismo que rompe con todo proyecto de comunión y que solo desde y con el Maestro podemos solucionar.¡¡Feliz día del Señor!!
José Rodríguez Díaz
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