sábado, 16 de octubre de 2021

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B.

 SI QUIERES MANDAR, SIRVE.


  En el texto del evangelio de este domingo se nos dice que los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, se cercan a Jesús para  pedirle que haga lo que ellos quieren  y que no es otra cosa mas que estar a su  derecha y a su izquierda,  es decir, le piden puestos relevantes para mandar y organizar. Jesús conversa con ellos y le hace caer en la cuenta de que  el tema de estar sentados a su lado no va por ahí, aparte de que  han  de estar dispuestos a  entregarse  con una entrega como la que el esta realizando. Esa dádiva le corresponde al Padre,  darla o no. 

La semilla de la discordia, desconfianza  y  desunión  ya está sembrada en el grupo y lo vemos en la indignación que se apodera del resto. Jesús  se da cuenta y  de forma inmediata sale al paso dándoles una catequesis sobre  el deseo de  estar por encima de los demás, de sobresalir, de mando y apela a la grandeza que ellos deben buscar que se encuentra en el servicio. La grandeza del discípulo está en aprender a vivir como el maestro , teniendo sus mismos sentimientos. El respeto  de los otros no se ha de ganar desde el poder y el mando, sino desde la dimensión humana de cercanía y servicio en todo momento llegando a entregar su vida  por todos si fuera necesario.

 Ahí está la cuestión... Ahí es donde debemos poner nuestro empeño en nuestras  parroquias o comunidades... No estamos en ello si no es para medrar, pero no en poder y prestigio, sino en servicio y disponibilidad en imitación del Maestro. Ese  ha de ser nuestro aprendizaje, eso es lo que nos debe preocupar . Es ahí el puesto al que debemos  aspirar.

La lección es muy sencilla al tiempo que radical pues toca nuestra condición humana ya que nos obliga a  repensarnos y  a estar vigilantes, porque con mucha facilidad y de forma muy sutil esos deseos salen a flor de piel de miles formas y maneras.

Hemos de estar vigilantes pues lo mismo que sucedió en el grupo de los once,  también puede pasar  en nuestros grupos  parroquiales con el afán de protagonismo que rompe con todo proyecto de comunión y que solo desde y con el Maestro podemos  solucionar.

¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz


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