sábado, 2 de enero de 2021

Esclavitud de los uigures en el algodón chino


 

China está obligando a cientos de miles de uigures y miembros de otras minorías a realizar duros trabajos manuales en los vastos campos de algodón de la región occidental de Xinjiang, según una nueva investigación mostrada a la BBC.

Basada en documentos de internet descubiertos recientemente, proporciona la primera imagen clara de la potencial magnitud del trabajo forzoso en la recolección de un cultivo que representa una quinta parte del suministro mundial de algodón, el cual se usa ampliamente en la industria mundial de la moda.

Junto con una gran red de campos de detención, en los que se cree que se ha detenido a más de un millón de personas, las denuncias de que se está obligando a grupos minoritarios a trabajar en fábricas textiles ya están bien documentadas.

El gobierno chino niega los señalamientos e insiste en que los campos son «escuelas de formación profesional» y que las fábricas son parte de un esquema masivo y voluntario de «alivio de la pobreza».

Pero nuevas evidencias sugieren que cada año más de medio millón de trabajadores de minorías étnicas también están siendo asignados a la recolección de algodón en condiciones que parecen conllevar un alto riesgo de coerción.

«Desde mi punto de vista, hay implicaciones a una escala verdaderamente histórica», le dijo a la BBC el doctor Adrian Zenz, miembro sénior de la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo en Washington, la cual descubrió los documentos.

«Por primera vez, no solo tenemos evidencia de trabajos forzosos de los uigures en la manufactura, en la confección de prendas de vestir, sino que también en la recolección de algodón, y creo que eso lo cambia todo», señaló.

«Cualquiera que se preocupe por la ética de las fuentes de abastecimiento tiene que mirar a Xinjiang, que genera el 85% del algodón de China y el 20% del algodón del mundo, para decir ‘ya no podemos hacer esto'».

Los documentos, que contienen políticas gubernamentales e informes de noticias estatales, muestran que en 2018 las prefecturas de Aksu y Hotan enviaron 210.000 trabajadores «por transferencia laboral» a recolectar algodón para una organización paramilitar china, el Cuerpo de Construcción y Producción de Xinjiang.

Otros hablan de recolectores que son «movilizados y organizados» y transportados a campos localizados a cientos de kilómetros de distancia.

Este año, Aksu identificó la necesidad de 142.700 trabajadores para sus propios campos, lo que se cubrió en gran medida mediante el principio de «transferir a todos los que deberían ser transferidos».

Las referencias a la «guía» de los recolectores para que «desistan de las actividades religiosas ilegales» indican que las políticas están diseñadas principalmente para los uigures de Xinjiang y otros grupos tradicionalmente musulmanes.

Fuente BBC

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