sábado, 9 de enero de 2021

DOMINGO DESPUÉS DEL 6 DE ENERO. FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

MUCHO MAS QUE BUENOS DESEOS


Concluimos el ciclo de las fiestas de la Navidad con esta otra de la fiesta del Bautismo del Señor a la orilla del Jordán. Es ahí donde se inicia una nueva etapa en la historia de la salvación, ya no van a ser los profetas los que anuncien la necesidad de volverse al Señor, de  recuperar la conciencia de ser pueblo de Dios. No, ahora y a partir de este momento, va a ser la misma Palabra de Dios Encarnada como nos ha dicho San Juan y  que el mismo Padre con su testimonio  reconoce  como el Hijo amado, el preferido.

 El bautismo de Jesús nos habla de la vocación del Mesías que desde la obediencia al designio del Padre hasta su muerte, pasó haciendo el bien, como hemos escuchado decir a Pedro. Era necesario que la palabra se hiciese carne para, desde la carne, salvar la carne, al hombre, liberándole del pecado en que se  se veía y se ve envuelto. Con Jesús y su testimonio el hombre aprende a recuperar y reconocer  los caminos de Dios en su vida, el hombre se encuentra consigo mismo en su debilidad y pobreza,  que es enriquecida y enaltecida por otro hombre, el hombre Jesús. Es el misterio de la Encarnación.

 Este misterio cada día se realiza en nuestra existencia cuando  escuchando su palabra  nos ponemos en camino de verdad , justicia y paz, luchando por el bien  de los mas empobrecidos, por el bien de los hermanos, entregando la vida,  dedicándoles tiempo, como   Jesús hizo. Por ahí pasa esto de ser cristianos, seguidores de Cristo, por ahí la Encarnación que se  ha de seguir realizando en su cuerpo, que es la iglesia cuando esta es capaz de olvidarse de si misma y atenta a la palabra del Padre y al designio que se le ha encomendado y dejándose guiar por el Espíritu, es capaz de abrir caminos nuevos de cercanía , de solidaridad, de denuncia y respuestas al dolor, la opresión, la injusticia, el hambre, la guerra o cualquier otra causa que  en el mundo haya y que haga al hombre, al ser humano , mas pobre humillando su  dignidad de persona  e hijo de Dios.

La fiesta del bautismo del Señor nos  recuerda nuestro  bautismos y a su vez debe abrirnos la mente  a lo universal, Jesús no vino solo para los de su pueblo, su gente, vino para todos  y en esa misión hemos de estar también nosotros que  estamos inmersos en un mundo cada vez mas intercomunicado y con una visión mas totalitaria de lo que sucede en cualquier parte descubriendo cosas buenas , otras, menos. Esto nos debe llevar a darnos cuenta, a la conciencia de la grandeza y la pobreza del hombre, de nuestros logros y fracasos como seres humanos, de nuestros miedos  y fobias. Y ahí estamos nosotros  que queriendo seguir al Maestro, hemos de escucharle por hacer el bien  sin olvidar la dignidad y grandeza del ser humano y es ahí donde el hombre, junto y siguiendo al Hombre Jesús, ha de poner su granito de arena por salvar al hombre  y no solo eso, también la creación. La encarnación está llamada a seguir siendo una realidad  desde nuestra existencia. No hay otro camino  para seguir a Jesús que se ha hecho carne para nuestra salvación.

¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz


 

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