sábado, 16 de enero de 2021

SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO .CICLO B.


CAMBIAR DE NOMBRE

En  este domingo nos  encontramos con el evangelio de San Juan  en donde  descubrimos el primer encuentro de Jesús con los discípulos, entre ellos Simón, gracias  al testimonio del Bautista que reconoce  Jesús como el Cordero de Dios comunicándolo a los que estaban con el. Dos de ellos pasan un día con el Maestro Y es desde esa experiencia de estar con el Maestro como Andrés, hermanos de Simón, uno de los que  estuvo con Jesús,  se lo cuenta  a su hermano y lo presenta a Jesús. El flechazo, por decirlo de alguna forma, es  inevitable, bastó una mirada para  decirlo todo y sucede el cambio de nombre  de Simón a Pedro. Esto  quiere significar que  habrá una estrecha relación entre ellos, una amistad que ya no va a terminar y que irá transformando, poco a poco, la vida del pescador de Galilea entre  desconciertos, confrontamientos, intentos de huida hacia adelante, lucha interior, negaciones, etc.
Nos damos cuenta de que es el testimonio  certero y convencido del Bautista el que desata toda esta otra cadena de encuentros y deseos de  conocer y saber y estar con el Maestro. Y, luego, viene la necesidad, la importancia de dar a conocer lo vivido, esto lo  encontramos en Andrés que después de estar un día con el Maestro queda tan tocado que no puede  callarlo y lo cuenta a su hermano Simón  a quien lleva hasta Jesús. Bastó una mirada para que se produjera el chispazo. Dice Juan en su relato que :" Jesús se le quedó mirando  y le dijo: -Tú eres Simón, el hijo de Juan ; tu te llamarás Cefas ( que significa Pedro)"
 Con ningún otro  ha pasado lo mismo y es que ese cambio de nombre significa propuesta de intimidad, de comunión, de entrega mutua, significa elección. Jesús se entrega a Pedro y Pedro ha de aprender a entregarse a Jesús. Sucederá, sobre todo la segunda parte, pero después de mucho batallar y mucha resistencia, ya lo hemos insinuado mas arriba.




Tenemos  en este episodio algo para reflexionar y preguntarnos y que no es otra que  la importancia del testimonio de lo vivido tanto por parte de Juan  como de Andrés que necesitan contar y lo hacen cada cual desde su  situación, uno anunciando, el otro llevando y hablando desde la intimidad que le proporciona  la relación afectiva de familia y después de haber estado un día con el Maestro. Facilitar el encuentro, llevar hasta, presentar, hacer posible desde la convicción  de lo que se ha experimentado. Este es el anuncio  que  hoy la iglesia, los que  estamos con el Señor, está llamada  a llevar a cabo y a susurrar al oído de aquellos con quienes compartimos  nuestra existencia.

¡¡FELIZ DÍA DEL SEÑOR!!

JOSÉ RODRÍGUEZ DÍAZ







 

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