sábado, 2 de enero de 2021

LA PALABRA DEL DOMINGO . DOMINGO SEGUNDO DESPUES DE NAVIDAD.

UN DOMINGO PARA CONTEMPLAR


En este segundo domingo después de la Navidad somos invitados por los textos que vamos a proclamar en la Eucaristía  a la contemplación .

Si,  invitados a contemplar todo lo que hemos vivido y reflexionado a lo largo de este tiempo en el que hemos celebrado la cercanía de Dios, su voluntad desde la fragilidad de un niño, de acercarse a la humanidad y enaltecerla.

 La gracia de Dios, desde su perdida por el hombre, ha ido rondando y lo sigue haciendo, la vida de los hombres  y preparándose sitio  para  habitar con ellos, para ser uno como ellos, para solidarizarse y colocarse  en un momento de la historia con voluntad de tender sus raíces mas allá de lo temporal. No  ha escatimado en  medios ni en  momentos. Eso si, contando siempre con la  voluntad rendida de aquellos que esperaron, siguen esperando en su fidelidad y misericordia.

 Contemplar, repensar todo esto, creo que es motivo para dar gracias a Dios, como nos invita San Pablo, en la segunda lectura donde nos hace una hermosa reflexión sobre los planes del Padre para con nosotros, porque la gracia  cristaliza en ello: en tiempo y hombre nuevo. 

  San Juan en el texto del evangelio, en el prólogo,  que nos  recuerda al primer relato de la creación, contempla  el tiempo nuevo  como  una nueva creación: en Dios la total  novedad. Dios hace  y viene haciendo con los hombres algo nuevo  que   mira  el pasado, pero que  es distinto y lo hace desde su revisar la acción del Dios Trinitario  en donde se acentúa la vida de  la palabra creadora que  se  anonada hasta convertirse en criatura obediente, para mostrar misericordia y la voluntad de santificar a su criatura con y desde la fuerza del Espíritu Santo.

 Esto ha sido anunciado, dicho y repetido por los profetas  y los salmos donde se nos dice que  "anuncia su palabra a Jacob" Palabra con vocación de dinamismo, no es estática. Dios  no es estático, monolítico.

Como digo, un domingo para contemplar y alegrarnos con  la promesa cumplida que se regenera en sí misma yendo mas allá de su cumplimiento porque se abre a un futuro  de gracia y comunión que el hombre no puede ni sospechar, solo vislumbrar.  Ya nos lo dice San Juan  cuando escribe hablando de la Palabra  que era la luz:  "  a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre"  y San Pablo en la segunda lectura nos afirma: "  nos predestinó a ser hijos adoptivos suyos  por Jesucristo, conforme a su agrado; para alabanza de la gloria de su gracia,  de la que nos colmó en el Amado" . Todo esto  se lleva a cabo en lo  espacio  temporal, en nuestra historia, pero apunta  a Dios, que es eternidad.

Celebrar las fiestas de la navidad es  celebrar la voluntad férrea de Dios que  se hace hombre para  elevar al hombre a la dignidad de participar en su misma vida. Esto merece ser contemplado dejándonos  renovar  por la gracia, la ternura, la humildad de Dios, su generosidad, en una palabra, su amor .

!! FELICES FIESTAS DE NAVIDAD Y FELIZ AÑOS NUEVO ¡¡

José Rodríguez Díaz 

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