DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO .CICLO A.
Mt.25,14-30.
LO QUE IMPORTA Y LO QUE NO
La semana pasada Jesús con la parábola de las doncellas invitadas a la boda y sus lamparas, nos hablaba de saber esperar, estando vigilantes, la llegada del Señor; no dejarnos llevar por la indolencia. En este domingo nos habla de la fidelidad en el quehacer de cada día, desde lo que nos ha sido dado y puesto en nuestras manos, con la parábola de los empleados diligentes que hacen fructificar con su trabajo los talentos que son del amo y que este ha puesto en sus manos para que los aumenten.
Como toda parábola tiene algo que enseñar y en esta ocasión creo que la enseñanza radica en la necesidad de se diligentes y cumplir, con las posibilidades que tengamos, la misión que nos ha sido encomendada; no valen aquí los miedos y los porqués. Al que trabaja se le aumentará y al perezoso y miedoso, se le quitará todo y no será tenido en cuenta a la hora de subir de categoría. De esta forma, Jesús quiere animar a ser fieles para que en todo momento, con lo que tengamos, sea mucho o poco, eso no tiene que ver, lo que tiene que ver es que no nos dejemos llevar por la holgazanería , nos pongamos manos a la obra; lo que tiene que ver es la fidelidad a la voluntad del amo.
Hemos recibido el encargo de administrar los bienes del Señor, que no son nuestros , por tanto, no podemos hacer con ellos los que nos apetezca, ni malgastarlos, ni hacer dejación. El Señor quiere , mira y se fija , en nuestra fidelidad que es lo que hará que se alcance el fruto.
Se trata de hacer nuestra la voluntad, el deseo del amo. Por muy poco fruto que se consiga el lo va a tener presente; el tema no radica en ganar mucho, sino, repito, en ser fieles a lo que nos propone.
Jesús sabe que esto es así. Es por ahí por donde el mismo va a pasar, ¿Que es sino, la entrega de su vida en la cruz en donde muere como un autentico fracasado a los ojos de los hombres, pero fiel al Padre que acepta su ofrenda y la hace fructificar?
José Rodríguez .
Mt.25,14-30.
LO QUE IMPORTA Y LO QUE NO
La semana pasada Jesús con la parábola de las doncellas invitadas a la boda y sus lamparas, nos hablaba de saber esperar, estando vigilantes, la llegada del Señor; no dejarnos llevar por la indolencia. En este domingo nos habla de la fidelidad en el quehacer de cada día, desde lo que nos ha sido dado y puesto en nuestras manos, con la parábola de los empleados diligentes que hacen fructificar con su trabajo los talentos que son del amo y que este ha puesto en sus manos para que los aumenten.
Como toda parábola tiene algo que enseñar y en esta ocasión creo que la enseñanza radica en la necesidad de se diligentes y cumplir, con las posibilidades que tengamos, la misión que nos ha sido encomendada; no valen aquí los miedos y los porqués. Al que trabaja se le aumentará y al perezoso y miedoso, se le quitará todo y no será tenido en cuenta a la hora de subir de categoría. De esta forma, Jesús quiere animar a ser fieles para que en todo momento, con lo que tengamos, sea mucho o poco, eso no tiene que ver, lo que tiene que ver es que no nos dejemos llevar por la holgazanería , nos pongamos manos a la obra; lo que tiene que ver es la fidelidad a la voluntad del amo.
Hemos recibido el encargo de administrar los bienes del Señor, que no son nuestros , por tanto, no podemos hacer con ellos los que nos apetezca, ni malgastarlos, ni hacer dejación. El Señor quiere , mira y se fija , en nuestra fidelidad que es lo que hará que se alcance el fruto.
Se trata de hacer nuestra la voluntad, el deseo del amo. Por muy poco fruto que se consiga el lo va a tener presente; el tema no radica en ganar mucho, sino, repito, en ser fieles a lo que nos propone.
Jesús sabe que esto es así. Es por ahí por donde el mismo va a pasar, ¿Que es sino, la entrega de su vida en la cruz en donde muere como un autentico fracasado a los ojos de los hombres, pero fiel al Padre que acepta su ofrenda y la hace fructificar?
José Rodríguez .
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