ES LA HISTORIA DE UN AMOR.
Hace unos días los miembros de la parroquia, felicitamos a Leonor por su cumpleaños: ¡¡noventa años !!
Con una pequeña fiesta preparada en el mas estricto camuflaje y donde todos colaboramos, quisimos sorprenderla y de esa forma, manifestarle nuestra admiración y agradecimiento, no solo por cumplir tantos años en plenitud de facultades, sino por lo que esos años, gran parte de ellos, han significado de trabajo, de presencia y de testimonio en nuestra parroquia. Leonor procede de Lanzarote y desde hace muchos vive en nuestro barrio , muy cerca de la iglesia. En nuestra parroquia ha dedicado muchos días ( años) a visitar enfermos y llevarles el consuelo de la Eucaristía.
La belleza y el vigor de la juventud han sido suplantadas por la belleza y el vigor interior y, si ya anda un poco encorvada, su mente y su corazón siguen estando intactos; los que estamos en contacto con ella nos damos cuenta de algo: sabe muy bien lo que quiere y a quien quiere.
Siempre dispuesta a atender, a escuchar y hablar del Señor a quien sea, desde un niño hasta el mismo cura; no encuentra barreras para hablar de alguien que, como ella misma dice, la conforta, le alegra y le da fuerzas para seguir haciendo el trabajo que un día asumió y que piensa seguir haciendo mientras pueda; dispuesta a la broma y la risa no tiene dificultades para relacionarse con los demás y acudir a cualquier evento que se organice dentro o fuera de la parroquia; nada de chismorreos, nada de dimes y diretes, nada de murmuraciones y si mucho de fraternidad y de oración: no es extraño verle en la capilla del Santísimo en oración, silencio y recogimiento.
Esto que escribo quiere ser una pequeña semblanza llena de agradecimiento en nombre de todos los que conformamos la parroquia, de alguien que, sin pretenderlo, se convierte en referencia por su fidelidad, su constancia y su forma alegre y apasionada, pero sin espavientos, de vivir la fe y de anunciar a Jesús.
José Rodríguez.
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