sábado, 25 de marzo de 2017

El Papa Francisco ha dicho



Papa a los líderes europeos: “Europa vuelve a encontrar esperanza cuando invierte en la familia, célula fundamental de la socied

“Europa vuelve a encontrar esperanza cuando invierte en el desarrollo y en la paz. El desarrollo no es el resultado de un conjunto de técnicas productivas, sino que abarca a todo el ser humano: la dignidad de su trabajo, condiciones de vida adecuadas, la posibilidad de acceder a la enseñanza y a los necesarios cuidados médicos. Europa vuelve a encontrar esperanza cuando se abre al futuro. Cuando se abre a los jóvenes, ofreciéndoles perspectivas serias de educación, posibilidades reales de inserción en el mundo del trabajo. Cuando respeta la conciencia y los ideales de sus ciudadanos. Cuando garantiza la posibilidad de tener hijos, con la seguridad de poderlos mantener. Cuando defiende la vida con toda su sacralidad”



Papa Francisco en homilía en Santa Marta 23-3-17: «No escuchando la Palabra de Dios y endureciendo el corazón nos volvemos “católicos ateos”»

* «Y todos nosotros, si hoy nos detenemos un poco y miramos nuestro corazón, veremos cuántas veces – ¡cuántas veces! – hemos cerrado los oídos y cuántas veces nos hemos vuelto sordos. Y cuando un pueblo, una comunidad, digamos también una comunidad cristiana, una parroquia, una diócesis, cierra los oídos y se vuelve sorda a la Palabra del Señor, busca otras voces, otros señores, y termina con los ídolos, los ídolos que el mundo, la mundanidad, la sociedad, le ofrecen. Se aleja de Dios vivo»


Papa Francisco en la Audiencia General: «La esperanza no depende de nosotros sino de la ayuda de Dios y de la fidelidad de su amor»

* «La Palabra de Dios alimenta una esperanza que se traduce concretamente en el compartir, en el servicio recíproco. Porque incluso quien es “fuerte” se encuentra antes o después con la experiencia de la fragilidad y de la necesidad de la consolación de los demás; y viceversa en la debilidad se puede siempre ofrecer una sonrisa a una mano al hermano en dificultad. Y así es una comunidad que «con un solo corazón y una sola voz, glorifica a Dios» (Cfr. v. 6). Pero todo esto es posible si se pone al centro a Cristo, su Palabra, porque Él es el “fuerte”, Él es quien nos da la fortaleza, quien nos da la paciencia, quien nos da la esperanza, quien nos da la consolación. Él es el “hermano fuerte” que cuida de cada uno de nosotros»

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