domingo, 10 de marzo de 2013

LA ABLACIÓN FEMENINA CONTINÚA EN EL SIGLO XXI.
Por María Sánchez.
Por mucho que nos cueste creerlo, por mucho que se persiga y castigue esta practica, aún se continúa realizando la ablación femenina, en más países de los que podemos imaginar.



















Parece imposible que sea la propia mujer la que defienda, y practique, esta denigración hacia las de su género. Esto ocurre en muchos países africanos algunos tan cerca de nosotros como, por ejemplo, El Sahara.

De todos es sabido que, para los hombres de estos estados africanos, la mujer vale menos que un camello, que son tratadas peor que animales y que son vendidas al mejor postor. Se las obliga a ir tapadas de pie a cabeza, es el varón de la casa quien les asigna marido o, lo que es peor, las casan siendo niñas de muy corta edad.
La mujer, para ellos nace única y exclusivamente con un fin, ser madre y esclava del hombre. Éstas no tienen voz ni voto, no se les consulta nada y su opinión, sencillamente no existe.

Son ellas las que salen a buscar agua, leña y comida. Cuidan del ganado, la casa y los hijos no teniendo un momento de reposo y ni siquiera un instante de alegría, (según la ley Islámica las mujeres no pueden reír)

Sin embargo y por si esto fuera poco, el sufrimiento de las mujeres africanas comienza desde la niñez, con la terrible ablación genital.
Las niñas de corta edad, entre tres y cuatro años, son llevadas fuera del poblado por su madre, donde se reunen con una anciana “experta” en tal menester.

La pequeña es sujetada por varias mujeres, entre ellas su madre, le abren los pies para que la, supuesta doctora, con un cuchillo, cristal u hojilla practique un corte, primero en el clítoris, para continuar con los labios menores que corta y raspa para eliminar toda la carne. Termina uniendo los labios mayores con espinas de acacia, procurando dejar sólo un pequeño agujero por donde fluya la orina y la menstruación.

Se le atan los pies desde las caderas con tiras de telas, para que el cocido no se deshaga. A continuación la anciana se asegura de que su trabajo queda bien hecho, introduciendo un dedo por el estrecho agujero.
Cuento esto a grandes rasgos, sin entrar en detalles tan espeluznantes, que estoy segura les encogerá el corazón.

Según Amnistía Internacional se calcula que hay 120 millones de mujeres que han sufrido la ablación y tres millones de niñas por año son obligadas, en veintiocho países diferentes.

También según ha podido saber esta ONG este crimen se está realizando a niñas de menor edad. Son muchas de estas niñas las que luego mueren cuando, siendo mujeres, les llega el momento de parir ya que, a pesar de que en la noche de bodas el marido corta con un cuchillo el orificio para penetrarla en contra de sus deseos, éste no tiene la apertura suficiente por donde pueda salir la cabeza del bebe.

En España, y dada la afluencia de inmigrantes, los servicios sociales visitan los domicilios de etnias africanas como medida de prevención para evitar así que se continúe con esa practica tan denigrante. A la vez que se siguen luchando por los derechos humanos de la mujer.

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