sábado, 11 de diciembre de 2021

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO TERCERO DE ADVIENTO. DOMINGO GAUDETE. CICLO C.

¿ QUÉ HEMOS DE HACER ?

    Entramos en el tercer domingo  de Adviento conocido  también como el Domingo Gaudete  porque en los textos de la celebración de la Eucaristía se nos invita de forma constante y reiterada a la alegría porque el Señor  se acuerda de su pueblo y acude en su ayuda. Decir que la palabra "gaudete"  viene del latín y significa eso, alegría, regocijo.
 La Alegría de esta noticia  de  la cercanía del Señor  en todos los textos desborda y de forma especial en el evangelio en donde la  gente que han escuchado a Juan y han recibido el bautismo de conversión quieren expresarla, hacerla efectiva de alguna forma y le preguntan qué deben o pueden hacer para aligerar,  adelantar, en la medida de sus posibilidades  esa venida del Señor que les produce tanto gozo.
  Esa venida  que ya esta  llegando a ellos y que les colma haciendo que su corazón sea generoso y cercano con aquellos que necesitan ayuda y consuelo. Quieren hacer lo que el Señor está haciendo con ellos. Así,  el Reino de Dios se hace presente en la vida y en la historia, se hace presente  desde el corazón del hombre que  ha salido de su dureza y se vuelve generoso, justo, compasivo, misericordioso. Eso es preparar el camino del Señor, eso es allanar sus senderos.

   Ante la pregunta   ¿ Qué hemos de hacer?   hoy se nos invita a ponernos en camino y caben muchas respuestas, también silencios. Ayudados por la palabra de los profetas y  sobre todo las de Jesús, hemos de empezar a dar pasos. Hay que hacer este camino que tiene mucho que ver  con la vida, con el roce de cada día, con esfuerzo e ilusiones, con muerte y vida.
Adviento es andadura, no solo de esperanza ilusionada,  de tender la mano. Adviento ha de ser también andadura de lágrimas  compartidas, de silencios rotos, de interioridad iluminada, de sandalias rotas de caminar junto a, de pan compartido cuando ya no queda ni harina ni aceite en la despensa.  Es tiempo de oración confiada y comprometida con la historia y con Dios, que es donde se cuece el ser integral del hombre.

Adviento es tiempo de Dios y del hombre en un mano a mano en donde cada cual pone en juego todo lo que es y todo lo que sueña para construir un  futuro  mejor. Esa es la utopía. Por ahí anda el Reino de Dios.
¡¡Feliz Adviento !!

José Rodríguez Díaz       


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