sábado, 18 de diciembre de 2021

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO CUARTO DE ADVIENTO. CICLO C

 SALIR DE LA RUTINA.

    El texto del evangelio de hoy nos invita a ponernos en camino y repartir la alegría de saber  que Dios cumple su promesa, de que está con nosotros y  seguro que   nos vamos  a  encontrar con otros hermanos que ratifiquen esta  alegría  nuestra con la suya propia  porque están experimentando lo mismo. La alegría  de saber que el proyecto de Dios  va encontrando cumplimiento desde nuestra pobreza y apertura a la vida y en donde el mismo Dios se hace presente y nos llama y nos reúne y nos lleva por caminos nuevos, ya andados, quizás, pero nuevos para  nosotros, como ha hecho siempre. Antes de que termine esta semana entramos en Navidad, en promesa cumplida que apunta a un mas allá desde su interna dinámica transformadora que no es otra más que el amor del  que se nutre y reparte cada día , que nunca se agota  y que llega a todo el que le busque con corazón sincero.

     Desde el pasaje del evangelio de hoy lo podemos percibir y ya mas adelante  lo escucharemos a María cuando  exalta al Señor llena de júbilo  por que "se acordó de su misericordia y su fidelidad"
La Navidad  va adquiriendo con ella ese tono de   gozo, de encuentro y paz, de inocencia  y perdón, de ternura, que no es otra  mas que la misma ternura de Dios que es capaz de romper los corazones mas duros  con la inocencia de alguien tan indefenso como lo es un niño.

    El mundo, nosotros, nos hemos acostumbrado a celebrar todos los años este acontecimiento y  lo hemos llegado  a banalizar reduciéndolo a una cena, a  gestos de generosidad o perdón, deseos de empezar de nuevo, proyectos y propósitos, si, pero  con el paso de los  días se olvidan  y  hasta llegamos a desear que estas fiestas pasen pronto ( solemos decir) y es, creo yo, porque no terminamos de entrar  en el hondón de lo que  desde Belén se nos está diciendo. Si fuese de otra manera, ¿ no creen ustedes que otro gallo nos cantaría ? En fin, son cosas que se me ocurren y que me parece  debo compartirlas. Seguro que yo soy el primero que caigo en ellas. Confiemos en que Dios y la Santísima Virgen con Santa Isabel  la de Ain Karin, lleguemos a la meta por lo menos buscando la verdad que es la que proporciona  esa alegría  de saberse amado y respetado por Dios.
¡¡ Feliz  cuarto domingo de Adviento!!
José Rodríguez Díaz

No hay comentarios:

Publicar un comentario