sábado, 27 de enero de 2018

REPENSANDO LA CATEQUÉSIS


LA INICIACIÓN CRISTIANA, HOY
       UNA NECESIDAD SENTIDA:
REPENSAR LA INICIACIÓN CRISTIANA
La pastoral de la iniciación cristiana despierta hoy en la Iglesia gran preocupación e interés. Catequistas de “a pie”, educadores cristianos, agentes de pastoral, pastores… son muchos los que advierten la necesidad de recuperar hoy el sentido de la iniciación cristiana y conceder a la misma el lugar que le corresponde en la vida de la Iglesia. La renovación de los itinerarios de iniciación ha sido propuesta repetidamente ante el progresivo debilitamiento del tejido de comunicación fundamental de la fe que hasta hace algunos años constituía el telón de fondo de la sociedad española (cf. IC 3-4).
Podemos apuntar algunas de las razones que están en la base de esta nueva reflexión:

a) Cambio de panorama familiar, social y eclesial.

b) Deficiencias en la catequesis y en la acción pastoral.

c) Nueva conciencia eclesial de la iniciación cristiana

¿QUÉ ES LA INICIACIÓN CRISTIANA?
“Id, pues, y haced discípulos de todos los pueblos, 
(Mt 28, 19-20)
El mandato del Señor encierra una misión. Esta misión se realiza en el anuncio universal del Evangelio y en la celebración de los sacramentos, particularmente en los de la iniciación cristiana.

La iniciación cristiana es la inserción de un candidato en el misterio de Cristo, muerto y resucitado, y en la Iglesia por medio de la fe y de los sacramentos. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: “La Iniciación cristiana, como participación de la naturaleza divina, se realiza mediante el conjunto de los tres sacramentos: el Bautismo, que es el comienzo de la vida nueva; la Confirmación, que es su afianzamiento; y la Eucaristía, que alimenta al discípulo con el Cuerpo y la Sangre de Cristo para ser trasformado por Él.” (IC 19)
La Iniciación cristiana es puro don de Dios que recibe la persona por mediación de Cristo, único Mediador. Tiene su origen en la iniciativa divina y supone la decisión libre de la persona que se convierte al Dios vivo y verdadero, por la gracia del Espíritu, y pide ser introducida en la Iglesia. La iniciación a la fe cristiana es don y tarea, oferta y conquista, iniciativa divina y respuesta humana, gracia y libertad.
En efecto “la catequesis es elemento fundamental de la iniciación cristiana y está vinculada a los sacramentos de la iniciación. Completada la iniciación cristiana es necesaria también la educación permanente de la fe en el seno de la comunidad eclesial” (cf. DGC. n. 69).
“Desde los tiempos apostólicos, para llegar a ser cristiano se sigue un camino que consta de varias etapas. Éste puede ser recorrido rápida o lentamente. Y comprende siempre algunos elementos esenciales: el anuncio de la Palabra, la acogida del Evangelio que lleva a la conversión, la profesión de fe, el Bautismo, la efusión del Espíritu Santo, el acceso a la comunión eucarística” (cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1229). 

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