sábado, 26 de diciembre de 2020

Hay una guerra biopolítica por la implantación de la vacuna en los paises pobres


 

Existe una guerra soterrada por la implantación de la vacuna en el mundo, sobre todo en los países más pobres.

Los países enriquecidos tienen preferencia en las primeras dosis.

Amnistía Internacional, Frontline AIDS, Global Justice Now y Oxfam han denunciado que los países ricos han acaparado dosis suficientes de vacunas contra el coronavirus para vacunar casi tres veces a toda su población.

De hecho, han avisado de que casi 70 países pobres sólo podrán vacunar a una de cada diez personas contra la COVID-19 el año que viene si los gobiernos y la industria farmacéutica no toman medidas «urgentes» para garantizar la producción de dosis suficientes.

Los retrasos van a ocurrir en muchos países de África, Centro América o el sur del continente americano. Mientras que los países ricos ya están planificando sus campañas de vacunación hasta finales de 2021, los expertos alertan sobre los obstáculos que aguardan a los países pobres ya que exigirá inversiones muy importantes. Desde no tener un sistema sanitario para la distribución de las vacunas hasta los problemas logísticos de algunas de las vacunas (transporte en condiciones de temperatura etc). Sin olvidar la cuestión principal, el gran problema de estar en medio de una auténtica Sindemia: con hambre, con miseria, falta de higiene pública, y conviviendo con otras enfermedades como el sarampión o la malaria…

Algunos apuntan, pensando desde criterios economicistas, podría llevar de 3 a 4 años producir suficientes para inmunizar a la población mundial. Los países más ricos pueden emitir múltiples dosis a sus ciudadanos antes de que la inmunización se generalice en los países más pobres.

Los países del primer mundo están haciendo tratos con los principales desarrolladores de vacunas que, a su vez, se reservan la mayor parte de la capacidad de fabricación mundial para cumplir con esos compromisos.

La vacuna también será cara de comprar, sobre todo para los más pobres. Pfizer ha cobrado 16,19 euros por dosis por los primeros 100 millonessegún indicó BioNTech. Cada persona requiere 2 dosis de la vacuna, lo que suma un coste total de unos 36 euros. Moderna, por su parte, planea cobrar entre 20 y 30 euros por dosis.

Sin embargo, algunos fabricantes de medicamentos han prometido garantizar que los países con menos recursos también puedan tener acceso a las dosis. Veremos a que precio.

Unas migajas con otras contrapartidas de poder.

Algunas farmacéuticas anunciaron a bombo y platillo sus bondades con los países pobres.

AstraZeneca está reservando 400 millones de dosis de su vacuna para estos países,  y explicó que vendería su vacuna por entre 2 y 4 euros por dosis aproximadamente. No obstante, esta garantía «sin ánimo de lucro» podría expirar antes de julio de 2021.

Johnson & Johnson también contó que no se beneficiaría de las ventas de su vacuna en los países del tercer mundo, y China dijo que su vacuna «se convertiría en un bien público mundial».

La penetración en los mermados sistemas sanitarios supone un elemento de control fundamental de los países empobrecidos. Recogida de datos biosanitarios, implantación de políticas paralelas a las vacunas, control político en definitiva de las poblaciones.

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