sábado, 16 de diciembre de 2017

PAZ A LAS MUJERES Y A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD


A esta hora de la mañana, son las siete y treinta, aún con la cabeza con muchas ideas revoloteando dentro de ella, me atrevo a escribir  unas líneas de reflexión como habitualmente vengo haciendo desde ha un tiempo, para compartir con ustedes alguna que otra experiencia que me haya tocado el corazón a lo largo de la semana.
 Hoy  toca  lo que ayer vivimos en nuestra parroquia, los niños cantaron  a los padres ,preparados por los catequistas, un repertorio de villancicos y  además, recibieron un regalo por el esfuerzo que hicieron de plasmar  la navidad, según ellos la ven y viven, en dibujos:Era el concurso de tarjetas de navidad. Todos fueron premiados y recibieron el aplauso de los asistentes; iglesia llena de padres, abuelos, resto de la familia y amigos; como colofón,  pasamos a un  compartir con el que colaboraron los padres trayendo lo que buenamente podían. Y, como siempre que organizamos algo, nos llovió; no podía faltar la lluvia  que yo quise interpretar  como el agradecimiento y reconocimiento que Dios nos enviaba por nuestro empreño de querer entre todos, construir parroquia, hacer familia. De eso se trata, por eso estamos  trabajando y queriendo entregar y poner en valía lo mejor que hay en cada corazón
 No fueron los Niños Cantores de Viena los que ayer  llenaron con sus voces y su algarabía nuestra iglesia, no; fueron nuestros niños... La alegría de nuestra parroquia.
 Los centros comerciales, desde hace tiempo, nos viene diciendo que la navidad llego, pues bien, ayer llegó la navidad a nuestra parroquia de la forma mas sencilla: desde la gratuidad, desde el candor y los nervios porque todo saliera lo mejor posible, desde la paciencia y la comprensión, desde el trabajo hecho con ilusión, desde la colaboración de todos, desde el no querer celebrar la navidad solo pensando en lo que voy a cenar esta Noche Buena o que voy a comprar para regalar, ni desde las luces y el aturdimiento que nos bombardean en estos días por todas partes. La Navidad llegó a nuestra parroquia desde la sencillez, desde el candor, desde la inocencia, desde un tocar el corazón, que Dios sabe hacer muy bien y que lo  despierta desde y  con lo que mas queremos que son nuestros hijos y que nos sostienen en el empeño de ser cada vez mas mejores, transigentes y alegres. Todos colaborando, todos haciendo lo que  nos toca, todos riendo y aplaudiendo, todos  con el corazón alegre, porque  se nos anunció la Buena Noticia de que Dios quiere seguir estando con nosotros y de forma tan natural, que corremos el peligro de casi no enterarnos, pero no; si que nos enteramos y lo agradecemos y por eso queremos compartirlo con todo el que quiera.
Vengan, acudan todos los de corazón sencillo, los que se sienten  desencantados, los que  se quieren olvidar de Dios pero no pueden, los que le buscan en los menesteres de la vida... La paz de Dios está garantizada para todo aquel que se pare un instante a escuchar y atender lo que a su corazón le dice y, algo muy importante, no cobra, ni en metálico ni con tarjeta de crédito: es gratis, Dios se quiere regalar.
José Rodríguez. Párroco.  

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