sábado, 30 de abril de 2016

COMUNICADO PRIMERO DE MAYO 2016



HOAC y JOC: Comunicado del 1º de Mayo

 


- El 12,6% de los trabajadores en España son pobres (su salario no les permite salir de la pobreza).
- 608 trabajadores fallecieron en 2015 víctimas de accidentes laborales, dos muertes al día.
- Si miramos al mundo, 21 millones de personas son víctimas de trabajo forzoso (según la OIT).
- La desigualdad sigue creciendo. El 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el otro 99%. En España, las 20 personas más ricas disponen de tanto dinero como los 14 millones de personas más pobres.
De nuevo este 1º de mayo, Día Internacional del Trabajo, la HOAC y la JOC, movimientos de Acción Católica especializada en el mundo obrero y del trabajo, no permanecemos indiferentes y denunciamos esta situación inadmisible.





TRABAJO DECENTE

Los derechos de los trabajadores  como todos los demás derechos, se basan en la naturaleza de la persona humana y en su dignidad trascendente. El Magisterio social de la Iglesia ha considerado oportuno enunciar algunos de ellos, indicando la conveniencia de su reconocimiento en los ordenamientos jurídicos: el derecho a una justa remuneración; el derecho al descanso; el derecho « a ambientes de trabajo y a procesos productivos que no comporten perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral »; el derecho a que sea salvaguardada la propia personalidad en el lugar de trabajo, sin que sean « conculcados de ningún modo en la propia conciencia o en la propia dignidad »; el derecho a subsidios adecuados e indispensables para la subsistencia de los trabajadores desocupados y de sus familias; el derecho a la pensión, así


como a la seguridad social para la vejez, la enfermedad y en caso de accidentes relacionados con la prestación laboral; el derecho a previsiones sociales vinculadas a la maternidad; el derecho a reunirse y a asociarse. Estos derechos son frecuentemente desatendidos, como confirman los tristes fenómenos del trabajo infraremunerado, sin garantías ni representación adecuadas. Con frecuencia sucede que las condiciones de trabajo para hombres, mujeres y niños, especialmente en los países en vías de desarrollo, son tan inhumanas que ofenden su dignidad y dañan su salud.


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