sábado, 21 de noviembre de 2015

LA PALABRA DEL DOMINGO


JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO.
SOLEMNIDAD.
CICLO B. 
Jun.18,33-37


                             SER DE LA VERDAD


El texto del evangelio de hoy nos presenta a dos  hombres frente a frente. Nos presenta dos realidades, la  humana y la divina, que buscan caminos de entendimiento, entendimiento que no se produce porque lo humano no es capaz de salir de sus seguridades aunque la realidad divina encarnada en Jesús se muestra pobre, desvalida y a merced de la opinión del que detenta el poder en aquellos momentos: Poncio Pilato. Esto ha sido siempre así.


Dios siempre se ha mostrado desvalido, pobre, desnudo y maniatado ante el hombre, pero con una fuerza capaz de  conmover los  corazones mas duros, es lo que le pasa a Pilato, que  aún teniendo el poder y tomando la decisión de entregar a Jesús, que le habla de la verdad y en que consiste su reino, no queda satisfecho consigo mismo, pues  presiente que se está equivocando y es que le puede mas el estatus y la imagen que  ha de mantener ante los que le acusan y exigen, que la evidencia de una realidad que va mas allá del momento  y que puede cambiar su vida sacándola del miedo y también, aunque parezca que no, de la opresión a la que está sometido y que  le llega de los que le han puesto en ese cargo.
Con sus variantes, hoy sigue sucediendo lo mismo. ¿Cuantas veces no nos negamos a aceptar la realidad que tenemos delante, a escucharla,  a aceptarla, porque el interés personal o el miedo nos ciegan para ello? y ¿ Cuantas veces no nos vemos empujados a tomar decisiones que no van  concorde  ni con nuestro corazón ni con la justicia porque así nos lo exigen y esperan de nosotros los que, de alguna forma u otra, se supone que nos han dando autoridad para ello?
El texto termina con una sentencia de Jesús cuando dice: " Todo el que es de la verdad, escucha mi voz" 
Escuchar su voz y según lo que él mismo le ha dicho a Pilato, es  entender que su reino se mueve en categorías que son de los hombres, pero que los hombres casi nunca tienen  en cuenta porque van mas allá de todo afán de riqueza, de poder,  de doblegamiento, de humillación del hombre.



 Son todo lo contrario, la sencillez, la cercanía, la solidaridad, la paz y tantas otras cosas  de las que nosotros hemos oído hablar a Jesús las que conforma ese reino y sobre todo y por encima de todo, la  obediencia a la Palabra de Dios que se nos manifiesta para nuestra paz interior, nuestra felicidad y, en resumen, para nuestra salvación.
 Jesús dice que su reino no es de este mundo, pero eso no quiere decir que no se vaya conquistando en este mundo, que el hombre no lo vaya fraguando en su día a día. La plenitud vendrá después, pero hay que ir  haciéndolo desde ya  y eso, le corresponde a los que  quieren ser de la verdad y escuchan su voz.

¡¡Feliz día de Jesucristo, Rey del Universo !!





 

No hay comentarios:

Publicar un comentario