Viajes, Sínodo y Año de la Misericordia
En esa Iglesia de la Misericordia por la que ha apostado, decididamente, el argentino
El Papa Francisco mira su reloj
Lograr que la Iglesia española deje de ser la "Luz de Trento" y se une al tren de la misericordia de Francisco
Un calendario que viene marcado, especialmente en otoño, de varias citas ineludibles, para las que muchos llevan tiempo preparándose. Tras Cuba, la segunda parte del Sínodo de la Familia, en el que se darán cita dos tipos, dos estilos, de Iglesia bien distintos.
El primero, en retirada, en franca minoría, de los que se oponen a cualquier cambio, de los que sienten que la doctrina es más importante que la fe, la esperanza y la caridad. El segundo, todavía con el freno puesto -no deben haber creído que esto era posible-, que busca unas reformas que hoy son un clamor, y que no comprometen el dogma ni el mensaje de Cristo, sino que lo llevan a buen término.
El Papa Francisco, como buen pontífice, trata de tender puentes entre ambas orillas, pero también entre los que, entretanto, se sienten ahogados en el mar de la incomprensión, en la vergüenza de la falta de solidaridad. En esa Iglesia de la Misericordia por la que ha apostado, decididamente, el argentino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario