sábado, 8 de agosto de 2015

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B.
Jn.6,41-52


Mucho mas que un simple pan.


        La semana pasada daba la impresión de que Jesús provocando en los judíos el deseo de  tener el pan de vida y su correspondiente declaración como tal, quedaba zanjada la cuestión, pero en este domingo vemos que no ha sido así, que ellos siguen erre que erre, ahora con su origen y con su familia. Pero, ¿como puede decir este - se preguntan - que ha bajado del cielo si nosotros conocemos a todos los suyos, a su padre José y a todos los demás de su parentela? No puede ser, se decían. Es un farsante y embaucador.
Estas preguntas que se hacen los judíos, las aprovecha Jesús con toda serenidad para hablar de su relación con el Padre Dios: " el Padre que me ha enviado"

  Y va, poco a poco, desvelando su relación con Dios Padre:  Nadie viene a mi si el Padre no lo ha enviado, por un lado  y  nadie va tener la vida eterna, la que da el Padre si no vienen a mi y escucha mi voz, por el otro.
Termina el texto insistiendo en lo que ya le hemos oído decir: " Yo soy el pan de vida". Pan que baja del cielo de forma que el coma de el no muera, sino que tenga la vida eterna. " Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo".
Nos quedamos con  lo que Jesús  dice, pero también  con las dudas de los  que comieron el pan que se les dió como anticipo de este otro pan del que ahora les habla  y que es él mismo.
 Nos quedamos con todo ello y descubrimos que  con respecto a Jesús  este es el problema que el hombre de hoy tiene. ¿Realmente Jesús es el hijo de Dios? No hay dificultad para aceptarle como  regalador de milagros, eso lo puede hacer mucha gente, pero que se proclame y sea realmente el enviado de Dios, el que tenga la última palabra sobre Dios, el Hijo de Dios... Eso, es otro cantar.
Esto, con un poco que escarbemos, lo descubrimos  en nuestras parroquias y entre nuestros agentes de pastoral, e inclusive en algunos sacerdotes, ( este es el problema que expresan los judíos) es así.
 No podemos cerrar los ojos a esta realidad y se  hace necesario  estar al tanto en lo que respecta a la formación de nuestros cristianos y de nosotros mismos. No podemos, con los tiempos que corren, darlo todo por dicho, sabido o hecho, siempre hay algo que  aclarar, siempre hay algo  que subrayar, siempre hay algo que aprender o refrescar. Y sobre todo, la oración y la atenta escucha de la Palabra y la atención al Espíritu Santo.


    Por otro lado, lo que esta pasando en Oriente Medio y en Asia con nuestros hermanos en la fe,   ¿no nos deberia impeler a  caminar  con fidelidad, mas fiel si se quiere y valga la redundancia y con un testimonio mas transparente, al darnos cuenta y  pensar, que esos hermanos, dando la vida por Jesucristo, nos están reclamando con su entrega  un testimonio digno que les haga merecedores de nuestro respeto? El testimonio  no es otro mas que : Jesús es el Hijo de Dios vivo. Jesús es el Señor
Así y solo así:
 " El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo"
Porque es fuente de reconciliación, de perdón  y de amor compartido entorno a una mesa de hermanos.

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