sábado, 15 de agosto de 2015

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B.
 Jn. 6.51-59

 ¿ ES HORA DE PREGUNTARNOS ?

En este domingo  seguimos asistiendo al encuentro de Jesús con los judíos a quienes les viene haciendo una propuesta que a ellos les parece imposible. Se resisten a aceptarla y buscan razones para rebatir a Jesús. Lo que si es cierto es  que ellos han tenido una experiencia  que les sigue atando a este de Nazaret ( les dio de come pan de sobra cuando sintieron hambre) . Quizá sea por eso por lo que no terminan de dar la vuelta y dejarle.

 En esta ocasión  vemos como ellos se interrogan e interrogan a Jesús por el como puede ser eso de  comer  su carne y beber su sangre, es una locura y además, algo imposible.
Digamos que Jesús sigue insistiendo sin abandonar  su discurso, es más, lo lleva a una tensión mas alta:  Habla del pan que el dará que  es su  carne y de su sangre los cuales hay que comer y el que no lo acepte no tendrá a Dios.
Además, esto lo dice en nombre del Padre, de Dios,  proclamándose como su enviado: el  enviado del Padre.  Así, esta propuesta de Jesús es  ofrecida como garantía de vida eterna con la promesa de que  los que escuchen su palabra y la cumplan tendrán la vida eterna: El les resucitará en el último día, les dice.
 Se manifiesta así  como dueño, señor y dador de vida rompiendo con la muerte, dando la vida.

Esto es lo que nosotros celebramos y hacemos y quizá nos deberíamos preguntar cómo lo hacemos, que está significando para nuestro vivir.  ¿Dónde estamos con respecto a la Eucaristía, a la comunión, y ante la promesa  inherente que Jesús ofrece a aquellos que comen su carne y beben su sangre?
 Creo que deberíamos atrevernos a interrogarnos con la misma pregunta que el hizo un día a una de las hermanas de Lázaro :  ¿ Creemos esto? o por el contrario, ¿estamos  en los inconvenientes y dificultades que ya plantearon  sus paisanos cuando le escucharon? 

 Feliz día del Señor.

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