sábado, 28 de marzo de 2015

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO DE RAMOS. CICLO  B.

¿ Que hay en el corazón del pueblo ?
 Marcos14,1-15,47
Iniciamos la Semana Santa  de este año 2015, con el Evangelista San Marcos que nos  relata la Pasión del Señor con una intención muy clara y que ya nos revelo al inicio de su escrito: Jesús es el Hijo de Dios. Es así como le proclama, al verle morir, el centurión que esta  al pie de la cruz.
Y esa debe ser la idea que debe guiarnos a lo largo de la semana que nos disponemos a celebrar y en la que acompañaremos a Jesús en su proceso de entrega, fidelidad  y abandono en las manos del Padre.
 Ir  acompañando a Jesús en el paso a paso de los día, en los cuales la tensión va subiendo de intensidad para terminar con su muerte violenta, debe ser un reto para nosotros.
 Todo lo que vamos a escuchar, todo eso, ya lo sabemos y  corremos el peligro de que, al ser acontecimientos muy oídos,  pensemos que ya no nos van a poder decir nada nuevo. Por tanto, necesitamos estar muy despiertos y dejarnos sorprender.  Creo que nuestra actitud debe ser como la del que los escucha por primera vez. Dejarnos interrogar por ellos como si fuéramos novicios en el tema. 
 Escudriñar, ahondar, eso nos llevará a tomar decisiones y a favorecer en nosotros actitudes nuevas que, mas allá de la lastima o compasión que toda muerte injusta despierten, permitirá  que enraicen en nosotros.
Así que, en este domingo, acompañaremos a Jesús en su entrada humilde, pero aclamada, en la Ciudad Santa. El Santo por fin entra, llega al corazón de todo Israel. Otra cosa es que ese corazón sepa acogerlo y no le rechace.
 Sabemos que  este acontecimiento despertó entusiasmo en la gente, pero también la desconfianza definitiva en los que ordenan y mandan en lo que a lo religioso se refiere y que tienen y ejercen su influencia sobre el pueblo y  no van a tardar en actuar.  Hay que actuar rápido y con contundencia. estan experimentando que todo el andamiaje sobre el que se sustenta su poder, se tambalea. 
Eso  no lo pueden consentir. Se hace urgente actuar pero salvaguardando lo establecido, a ellos  no les interesa que cambie, por tanto,  hay que poner a salvo la  imagen de  fidelidad a Dios  y al pueblo, que ya se encargan de transmitir externamente, en el fondo lo que intentan salvar es la propia imagen. Así entran  en un doble juego: Fidelidad a Dios o fidelidad a los propios y oscuros intereses. Hay que definirse. Sabemos que esto nunca termina de forma transparente. Siempre pierde, de entrada y aprimera vista, el mas débil.  En el caso de Jesús lo que se busca es eliminar al Nazareno sin atender otra causa que la propia y  que  anda agazapada detrás de todo: permanecer en  el poder y en el mando por encima  del mismo Dios, al que dicen representar, honrar y servir.
 El domingo de Ramos en el que celebramos  la entrada de Jesús en Jerusalén, empieza con alegría  y mucha esperanza  por la novedad que Jesús significa y trae con sigo, también es verdad que termina con un regusto amargo, con mal paladar, porque el mal acecha y no va a parar hasta imponerse y eso, lo sabia Jesús y los suyos lo van a descubrir pronto, aunque poco a poco. De entrada , parece que el mal le gana la partida al bien.
Celebremos  con dignidad el  Domingo de Ramos. 
 
 
 
 

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