«Es un pecado gravísimo usar a Dios para cubrir la injusticia»
«Cuántos,
cuántos hombres y mujeres de fe, tienen fe pero dividen las tablas de
la ley: ‘Sí, sí yo hago esto’ – ‘¿Pero tú das la limosna?’ – ‘Sí, sí,
siempre envío un cheque a la Iglesia – ‘Ah, bien, está bien. Pero en tu
Iglesia, en tu casa, con aquellos que dependen de ti – ya sean hijos, o
abuelos, o empleados – ¿eres generoso, eres justo?’. Tú no puedes hacer
ofertas a la Iglesia sobre los hombros de la injusticia que haces con
tus empleados»
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