DOMINGO PRIMERO DE CUARESMA.
CICLO B.
MAS ALLÁ DEL DESIERTO
Iniciábamos el miércoles la Cuaresma con el rito penitencial de la imposición de la ceniza sobre nuestra frente como signo de que queremos convertirnos y seguir los pasos del Maestro. Se nos dijo: "Conviertete y cree en el evangelio".
En la Eucaristía de este fin de semana el evangelista San Marcos nos presenta, como con mucha prisa, a Jesús iniciando el también su cuaresma particular, en el retiro, en oración y en toma de decisiones. Pasa Marcos muy deprisa por este episodio de la vida de Jesús pero no sin dejar de consignar lo importante: La presencia del Espíritu que le lleva al desierto en donde, señala, se deja tentar por el demonio.
O, dicho de otra forma, deja que el demonio mida con El sus fuerzas para que descubra que no le va a vencer a lo largo del proceso que se va a iniciar. Tampoco falta la presencia de la complasencia del Padre manifestada en los ángeles que le servían. Esto está dicho muy deprisa, en cuatro líneas.
Da la impresión de que lo que le interesa a Marcos es subrayar otra cosa , nada mas y nada menos que el tiempo cumplido con el anuncio del Reino de Dios y que necesita de la conversión de los hombres para que empiece a ser una realidad en lo cotidiano: " Convertíos y creed la Buena Noticia".
Lo mismo se nos dijo a nosotros cuando iniciábamos la Cuaresma.
A tener presente que quien nos invita es el mismo Jesús que nos tiende la mano. Es el quien se dirige a nosotros, a todos y cada uno de nosotros, después de El mismo haber pasado por la purificación del desierto hacia donde Espíritu le llevo y acompaño para salir victorioso. Ese mismo Espíritu fue el que nos condujo hace días hasta el altar, el que nos llevo a inclinar la cabeza para que fuera manchada con la ceniza de la penitencia, la oración y la limosna, el mismo que mueve nuestros buenos deseos y acciones cuando compartimos con los demás, el mismo que nos fortalece frente al mal y el pecado que nos apartan de Dios y de los otros.
La cuaresma no es ni mas ni menos que ese deseo de conversión desplegado en nuestra existencia con la ayuda del Padre y con nuestro querer acercanos a El.
Lo nuestro es no dejarnos engañar por el mal y menos seducir por la idea de que somos los mejores y no necesitamos a nadie. Cristo necesito que los ángeles le sirvieran y le consolaran desde ese servicio . Dejemos pues que el Espíritu nos conduzca, que los ángeles nos consuelen y sirvan y que la bondad de Dios replete nuestra vida, nuestro corazón, entonces el maligno no tendrá nada que hacer a nuestro alrededor, porque no tiene fuerza para vencer el amor de Dios que nos acompaña. Cuaresma : tiempo de comunión con el Dios Trinitario y desde la cual la creación entera se pone a nuestro servicio para que nosotros podamos anunciar que el tiempo es cumplido, que las promesas está esperando ser aceptadas, por todos los hombres de buena voluntad, que Dios es fiel.
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