En una audiencia a los hermanos javerianos, el Papa pide curas “inmersos en la realidad del Pueblo de Dios.
León XIV no quiere sacerdotes que vivan aislados o que se consideren a sí mismo como seres de otra casta. Al menos así se lo ha dejado claro hoy a los hermanos javerianos, a quienes ha recibido hoy en el Vaticano con motivo de su capítulo general y del curso de formadores para seminarios que están celebrando en Roma.
Durante su alocución esta mañana en la Sala Clementina, el Papa agustino explicó que los curas no deben “pensar en sí mismos como líderes solitarios, ni asumir el sacerdocio ordenado desde la perspectiva de sentirse superiores”.
Comprometerse
Como alternativa, planteó que “necesitamos sacerdotes capaces de discernir y reconocer en todos la gracia del Bautismo y los carismas que de él brotan, tal vez incluso ayudando a las personas a abrirse a estos dones, a encontrar el coraje y el entusiasmo para comprometerse en la vida de la Iglesia y en la sociedad”.
En línea con el papa Francisco, Robert Prevost apuntó que la formación de los futuros presbíteros “debe estar cada vez más inmersa en la realidad del Pueblo de Dios y realizarse con la contribución de todos sus miembros: sacerdotes, laicos y consagrados, hombres y mujeres”.
Transformar la humanidad
A la par, reivindicó “una formación sólida e integral, que no se limite a algunas habilidades cognitivas, sino que debe tender a transformar nuestra humanidad y nuestra espiritualidad para que tomen la forma del Evangelio”.
En su discurso, aplaudió la entrega de los javerianos desde “la misión evangelizadora en tierras a menudo heridas y necesitadas de la esperanza del Evangelio”.
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