sábado, 26 de julio de 2025

LA PALABRA DEL DOMINGO . DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C.

" PEDID Y SE OS DARÁ. "

De entre los textos que tenemos para reflexionar este domingo tenemos el primero que sigue siendo del libro del Génesis ( Gén. 18,20-32 ) en donde  y de nuevo, nos volvemos a encontrar con Abrahán, el amigo de Dios y en esta ocasión intercediendo por los habitantes de Sodoma y Gomorra  donde habita la familia de su sobrino Lot. Es muy interesante el regateo, el pulso que sostiene Abrahán con Dios, tratando de rascar en el número de los condenados que se pueden salvar. Es una forma de hablarnos de la importancia de la oración hecha desde el corazón, con confianza pero tambien con insistencia. Abrahán sabe que Dios tiene razón, pero apela a su misericordia tratando de salvar a alguno de los que son condenados. Al final de todo parece que gana  Abrahán por su insistencia, pero también queda muy patente que la misericordia de Dios es infinita cuando el hombre le suplica y le habla desde el corazón. También nos damos cuenta de la importancia de la oración de intercesión. Esta imagen del Patriarca nos lleva a aquella otra de Jesús que intercede por el Padre ante los que se le han encomendado. ( Jn. 17 ). Como nos dirá Pablo y también el autor de la Carta a los Hebreos, todo el Antiguo Testamento apunta a Jesucristo.
En la segunda lectura  (Col.  2,12-14 )  seguimos encontrándonos con la comunidad de los colosenses a quienes Pablo recuerda la importancia del Bautismo por el que han  nacido a una nueva vida  desde el perdón y el encuentro que Dios propicia por medio de la cruz de Cristo.
 Y en el Evangelio ( Luc. 11,1-13 ) nos encontramos a Jesús en oración. Esto llama la atención de uno de los que estaban en el grupo el cual le solicita que les enseñe a orar.  Jesús les regala el Padre Nuestro para luego pasar a la necesidad de la perseverancia en la oración dando mucha importancia a esta actitud; mas, me atrevería a decir, que a la misma oración y efectivamente, la oración en sí es importante, pero mas que eso es la  comunicación, la frecuencia con la que nos relacionamos y la calidad de esa relación. La perseverancia, el no cansarnos de  rogar al Padre,  fortalecen los lazos de la confianza de que somos escuchados, de saber esperar en Dios y la certeza de su misericordia que nos ha de  llevar a orar con sencillez y desde nuestra verdad, desde lo que somos.

 Al final del texto nos damos cuenta de que además de la peticiones que Jesús propone en la oración del Padre Nuestro, hay una  muy principal y que  viene a ser la clave de toda oración y todo encuentro con el Padre y el mundo; lo dice así: " ... Vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden."
 Descubrimos que la oración debe ser desde la confianza amistosa pero tambien respetuosa, desde la perseverancia, en donde se establezca una relación de encuentro sincera, cordial y desde la apertura total del corazón  a los caminos de Dios. Todas las peticiones que hay en el Padre Nuestro son importantes, pero si vamos a elegir una me quedo con la última, la del Espíritu Santo, aunque no aparece incluida de forma explicita en la oración del Padre Nuestro, pero si las contiene todas  en sí. 
¡¡ Feliz día del Señor !!

José Rodríguez Díaz

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