UNA ESPERA LLENA DE ALEGRÍA
Entramos en este fin de semana al paso de la alegría que nos anuncian las lecturas y, como ya hemos dicho, acompañados por María, la mujer del Adviento.La primera lectura que es del profeta Sofonías nos invita a regocijarnos, a gritar con júbilo, a alegrarnos y gozarnos con todo el corazón... Porque el Señor, dice, ha cancelado la condena y ha expulsado a tus enemigos. El va a vivir contigo. Ya no habrá espacio para el miedo. El se goza y se complace en ti.
Nos damos cuenta de que el lenguaje que emplea el profeta para decirle al pueblo hasta donde está Dios dispuesto a luchar por ellos es un lenguaje que quiere llegar al corazón, a la intimidad desde la generosidad de aquel que se entrega totalmente en el amor.
La segunda lectura es de San Pablo a la comunidad de los Filipenses y en donde también se invita a estos hermanos a la alegría porque, se les dice, Dios está cerca. Que lo que de verdad les preocupe sea la amistad con el Señor desde la oración sincera, y sencilla. El resto hay que trabajarlo, pero tambien dejándolo en manos del Señor.En el texto del evangelio nos encontramos a Juan que orienta y señala el camino a aquellos que habiendo oído su palabra, quieren ser fieles al Señor, y les invita al servicio, a compartir, a ser solidarios tratando de que se haga realidad lo que dicen los profetas y que Jesús nos va a resumir en las bienaventuranzas.
Domingo de la alegría, del regocijo, de la esperanza, del amor compartido... Es así como se anuncia la venida del Mesías y cómo se visibiliza la esperanza para aquella gente y tambien para nosotros. El Señor viene con sus dones materiales o no, y nos restaura y recupera y nos invita a hacer lo mismo.
A tener presente la actitud de Juan que no se arroga nada de lo que no le pertenece, que asume su misión de mensajero, de pregonero. Es El, dice a los que le preguntan, el que viene, quien trae la salvación, yo solo le anuncio. Así nosotros, anunciadores del Señor y desde todo lo que se nos propone en este domingo, anunciadores de alegría, de regocijo, de perdón , de paz, de amor y presencia de Dios sabiendo siempre, sin olvidar, que somos meros instrumentos y como María llamados a ofrecer al Señor a todo el que le busca.¡¡FELIZ TERCER DOMINGO DE ADVIENTO!!
José Rodríguez Díaz
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