martes, 31 de diciembre de 2024

AÑO NUEVO,VIDA NUEVA, SI SE PUEDE, CLARO

ESPERANZA  CONTRA DESIDIA.

   Hoy y mañana nos vamos a pasar todo el santo día felicitándonos  en esta efemérides del año que viene y el año que se va y luego, ya nos olvidamos porque los asuntos del cada día nos absorben de tal manera que del tema nada, es lo que toca. Bueno, pues empezamos el 2025 ; bonito numero, si Señor. A ver si por lo menos sigue siendo tan medio apañaillo como el que dejamos atrás, aunque bien podría mejorar un poquito en temas de clima, de  paz, de  solución a la vivienda, de movimientos extraños de los que están al frente de la sociedad con manejos por aguantar como sea en el poder, de temas de vivienda, de asistencia a mayores e inmigrantes, de enseñanza, !!buff,  hay un montón de cosas!...  si seguimos pensando, seguro que aparecen más, ¿ Quien lo duda? Lo cierto es que nos percatamos  de que  hay que hacer algo, que hay que crecer, que no nos podemos quedar  de brazos cruzados. Hay que crecer  en entendimiento, en voluntad de solucionar problemas, en solidaridad, y en paciencia que buena falta que nos hace a todos, porque andamos  que perdemos lo papeles por menos de nada, vaya que sí y sobre todo, podría mejorar  en que nos percatemos que lo importante es la persona, el ser, el otro como alteridad, como yo que me interroga y que me devuelve lo que soy y  estoy siendo.
 Vivimos en un mundo  caótico en donde perdemos la conciencia de nuestras capacidades de reflexión, de  acción de pensar en términos holísticos  y nos dejamos envolver por la fuerza de lo irremediable, de lo imposible de cambiar  y hay que salir de ahí, porque todo es posible, la humanidad tiene los medios y la energía suficiente para empezar de nuevo todas las veces que haga falta, no podemos rendirnos los que en estos momentos estamos  habitando esta bolita  que se llama tierra.  Se hace necesario un  esfuerzo común  para  sacar a la humanidad de  este callejón sin salida en el que  nos hemos metido y en donde cada vez mas y casi de forma inconscientes,  estamos  aislándonos, extrañándonos de nosotros mismos, de la capacidad de trascendencia, de perdón, de  renovar, que existe en todos y cada uno de nosotros  y que nos identifica. 
El mundo tiene que cambiar y con él el hombre, la persona. Hemos de aprender a ser mas generosos y menos egoistones  y superficiales. Necesitamos una buena dosis de trascendencia, de sensibilidad, de capacidad de solidaridad. Necesitamos  curarnos del dolor que provoca el vernos abocados a un sin sentido que está minando nuestra existencia tanto individual como colectiva y que, además de sembrar desesperanza, nos lleva vivir la vida como  algo que pesa y nos roba alegría.
¡¡Feliz  2025!!
José Rodríguez Díaz

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