El ser humano está hecho de tal manera que no se realiza, no se desarrolla ni puede encontrar su plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás. Ni siquiera llega a conocer su propia verdad, si no es en el encuentro con los otros. La vida subsiste donde hay vínculo, comunión, fraternidad; y es una vida más fuerte que la muerte cuando se construye sobre relaciones verdaderas y lazos de fidelidad. Se necesita una comunidad que nos sostenga, incluyendo la familia como pequeña comunidad, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante.
Familia:¿qué familia?
Hoy en día, las estructuras familiares y las relaciones intra-familiares se encuentran inmersas en un profundo proceso de cambio. Este cambio en sí no constituye algo excepcional, ya que la familia siempre ha sido una institución dinámica que ha ido evolucionando y adaptándose a los tiempos. No obstante, desde una perspectiva histórica, las transformaciones sufridas en las últimas décadas han sido particularmente rápidas.
Algunos indicadores sociodemográficos nos pueden ayudar a apreciar la verdadera dimensión de los cambios recientes: los españoles cada vez se casan menos, en concreto, la mitad que hace 50 años, y a edades más tardías. También son más frecuentes los divorcios: cerca del 50% de las uniones acaban en ruptura. El último informe Transformación y crisis de la institución matrimonial en España del Observatorio Demográfico CEU analiza esta situación, destacando que la edad media al contraer el primer matrimonio ha subido en más de 10 años desde 1976 a 2022, siendo los españoles los europeos que se casan por primera vez a una edad más tardía, sólo superados por los suecos.
La familia es esa célula de habitabilidad psíquica, física, emocional y sentimental del sujeto. Lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros se explica por la familia, aseguraba Freud. Vista por muchos como una estructura obsoleta, hoy se llama familia a hogares monoparentales, a parejas que conviven con o sin hijos, a parejas o individuos con mascotas… Y, en este contexto, nace el fenómeno de los ‘perrhijos’ o ‘gathijos’, un concepto ligado a un nuevo modelo multiespecie cada vez más asentado en España. Las nuevas generaciones, en lugar de tener hijos, deciden tener un perro o un gato (mayoritariamente adoptados), que cumplen una función afectiva muy importante y que ayuda a sus dueños a tener compañía, generando un sentimiento de protección y cercanía, que es lo más parecido a tener un hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario