LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO QUINTO DE PASCUA. CICLO A

LA FUERZA DE SU PALABRA.

El  evangelio que se nos ofrece para reflexionar en la eucaristía de este domingo pertenece al capítulo 14 del Evangelio de San Juan y  se hace necesario situarlo en su contexto que no es otro mas que el  de la Celebración de la comida de la Pascua, es decir, La Última Cena. Teniendo  en cuenta todo ello y visto  donde está situado,  nos damos cuenta  de que  este texto de hoy está cargado de una mezcla de  nostalgia y esperanza, de desconcierto y ánimo, de cercanía y don. Jesús se despide  de los suyos  después de  haberles recomendado el estar al servicio de todos ( lavatorio de los pies) después de decirles  donde  está lo principal ( el mandato del amor) y ahora les habla  para que no pierdan el ánimo y la confianza, para que no pierdan el  creer y el saber esperar y todo ello  viviendo, como El , desde el Padre, es decir, les da todas las herramientas necesarias  para que en la vida  estos y de los que venimos detrás, sepamos permanecer en su amor que no es otro mas que el amor de Dios como el viene haciendo desde el principio.

 Les invita  a no perder la calma y la promesa, la gran promesa, me voy a prepararle sitio, es decir  nos volveremos a encontrar , ahora ha de irme, les dice, pero volveremos a estar juntos.

Para estar en el Padre ya saben el camino, que no es otro mas que El mismo, en donde la verdad y la vida será salto y seña. El  fiador de sus palabra es el que le  ha enviado revelando  al mismo tiempo, la comunión identitaria entre ambos.

Visto lo visto  se hace  necesario reflexionar, pensar, hacer nuestro su estilo de vida,  hacer vida sus palabras,  alimentar nuestra esperanza con sus recomendaciones. Esto es lo nuestro  y esto, mejor a Este, es  lo que debemos vivir y anunciar, se hace necesario  llegar a alcanzar aquello que Pablo dice : " ya no soy yo, es Cristo quien vive en mi", pero ojo, no se trata de voluntarismo ,sino de apertura a la gracia  y dejarse conducir por este Buen pastor que nos ha sido dado, de aprender a escuchar su voz.

¡¡Feliz  Domingo de Pascua !!

José Rodríguez Díaz