sábado, 1 de octubre de 2022

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C.

UN ASUNTO DE FIDELIDAD.

   Nos encontramos en el evangelio de este domingo que los apóstoles le piden a Jesús que les aumente la fe y  el Señor les responde con un  ejemplo de fidelidad que nos puede resultar  desconcertante  y  casi fuera de tono, vamos, que parece que no tiene nada que ver con lo que ellos le estan solicitando. Pero no, si que tiene que ver  al tiempo que pone las cosas en su sitio. La  fe es un don, si, pero hay que ganarlo, pues por mucha fe que el Señor quiera darme si yo no  respondo a ello no sirve de  nada. Luego, la fe es cuestión de don, si, pero también de fidelidades, pequeñas o grandes, pero fidelidad al fin y a la postre.

El Señor se  regala dejándose encontrar en nuestra vida y el resto es  cosa nuestra. Por otro lado, no tiene nada que ver con el "te doy  para que me des", no. El asunto está en  que cuanto mas  yo me dejo ganar por esa su presencia envolvente,  mas consciente soy de su cercanía, que en cuanto yo mas  le pongo en el centro de mi corazón y decisiones, mas consciente soy  de ese estar en sus manos desde todo y para todo, en su amor.

 Los humanos sabemos y decimos que el amor ni se compra, ni se vende ni se puede forzar. Sucede lo mismo con la  fe  y de ahí que podamos decir, ciertamente, que es don, donación  de Dios  para con nosotros. La respuesta a ese don, ante  ese amor que nos envuelve y que experimentamos salvador  porque nos libera  de  aquello que llamamos egoísmo  que nos encierra en nosotros alejándonos de los demás y por ende  del Creador, eso, es la fe.

Es en el día a día en donde el Señor se deja encontrar  reforzando  su presencia  en la vida de los que les son fieles  desde la conciencia  de  estar en sus manos, al tiempo que  despierta  gratuidad al descubrir   que no somos dignos de tanto don inmerecido que no ha de llevarnos a vanagloriarnos  ni a  prestar oído  a la vanidad de pensar o sentir que  creemos mas que cualquiera otro. La fe no es algo que se compra, la fe se gana y se gana en las revueltas de la vida que es donde  nos encontramos y nos agarramos a Dios como  aquel que nos salva y  que nos lleva a tenerle presente  a hacerle presente, apostando  por una comunión que se ofrece y que hay que ganar, eso es fidelidad.

La fe  engendra la esperanza y ambas la caridad y por la caridad actuamos  con esperanza  porque  creemos en el Dios de la vida, de toda vida. Y llegará un día en que  ni fe ni esperanza serán necesarias porque  vamos a vivir  en la Caridad, es decir  por, en y desde el Amor de Dios  que es fiel y alienta y provoca nuestra  fidelidad.

¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz

    

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