sábado, 29 de octubre de 2022

Entrevista a Abigail Shrier, autora de «Un daño irreversible» sobre la «transición de género»


 En 2017, tras escribir un artículo sobre los pronombres neutros impuestos por la ideología de género, la periodista del Wall Street Journal Abigail Shrier recibió cientos de respuestas de padres preocupados por la actitud de sus hijas adolescentes, que decían ser transgénero sin haber tenido antes síntomas de ningún tipo. Esta periodista comenzó a investigar el tema, y se encontró con que por todo el país brotaban como setas después de la lluvia numerosos casos de chicas muy jóvenes que iniciaban la “transición de género”. Tenían un patrón común: jamás en su primera infancia habían expresado disconformidad con su cuerpo femenino, y todas empezaban este camino acompañadas por otras amigas. Así fue como se gestó su libro Un daño irreversible (Deusto, 2020), considerado por The Economist uno de los mejores títulos del 2020.

En el libro explica que el término para definir estos casos es “Disforia de género de inicio rápido”. ¿En qué consiste?

Es un contagio social. Vemos a una adolescente que tiene problemas mentales como malestar, ansiedad, depresión… Bucea en internet para entender el porqué de su tristeza y los expertos, tanto en su colegio como en las redes sociales, le dicen que si se siente así es porque no es realmente una mujer, sino un hombre atrapado en ese cuerpo. Y que encima tiene solución: puede convertirse en chico si así lo desea. La idea es atractiva, porque se lo dicen en plena pubertad:  “Puedes escapar de tu cuerpo cambiante que no te gusta y que te da tantos problemas”. Le están vendiendo una mentira, ya que los tratamientos hormonales y las cirugías para el cambio de sexo en la mayoría de los casos producen daños irreversibles, como la esterilidad o disfunciones sexuales irreparables.

¿Por qué nadie les dice a estas chicas que busquen más opciones para solucionar sus problemas?

Muchas de estas adolescentes ya están en tratamiento por ansiedad o depresión, pero en cuanto se menciona la palabra “género” se para la terapia, y todo el mundo se sube al carro de  “la transición”  porque es  “la solución”.

¿Y los padres cómo lo afrontan?

Los padres están muy asustados, no confían en su propio criterio, pues les han convencido de que si dicen algo son unos ‘tránsfobos’. Cuando tratan de frenar el tratamiento reciben amenazas. Les dicen que pueden perder su trabajo o la custodia de su hija. Y estas niñas se han quedado sin nadie con cierto sentido común a quien acudir.

Abigail Shrier, autora de «Un daño irreversible»

¿Se ha encontrado a chicas arrepentidas de haber aceptado terapias para cambiar de sexo?

¡Una tasa altísima!  He recibido cientos de mensajes de niñas que quisieran volver atrás y no pueden. En Reddit [foro de internet muy popular entre adolescentes y jóvenes] hay una sección llamada “detrans”, donde hay muchísimos jóvenes explicando cómo y por qué se han arrepentido de su transición. Cuando escribí el libro, había unos 7.000 miembros inscritos en esta sección. Un año después de la publicación había ya 17.000 miembros. [Al cierre de esta edición cuenta ya con más de 37.000 miembros]. El gran problema es que muchas de las intervenciones que requiere la transición no pueden deshacerse. Además, una chica puede ponerse testosterona para parecer más masculina y su seguro se lo costeará a un precio muy bajo para ella, pero si luego se arrepiente y quiere ponerse otro tratamiento para revertir los efectos del primero, tendrá que pagarlo de su bolsillo.


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