MONICIÓN DE ENTRADA.
El Espíritu Santo del Padre y del Hijo ha sido derramado sobre el mundo y nuestro corazones. Espíritu Creador, Santificador, Educador del hombre. El es Defensor, Abogado, Maestro de la Palabra de Dios en la Iglesia. Gracias a su impulso se transforma el mundo, crece el amor; se alcanza la justicia. El fruto de la resurrección de Jesús es el don del Espíritu Santo.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (Act. 2,1-11)
Lucas en los Hechos de los Apóstoles nos regala el relato del Pentecostés de los apóstoles que permanecían junto en oración a la espera del acontecimiento prometido por Jesús. Escuchemos.
SALMO RESPONSORIAL ( Sal. 103) " Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra" .
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA ( 1ª Cor. 12,3-7.12-13)
Pablo nos revela en el texto que va a ser proclamado la íntima unión que hay entre el Espíritu y Jesús que mueve los corazones de los hombres a reconocerle como el Señor.
MONICIÓN AL EVANGELIO ( Jun. 20,19-23)
El Espíritu Santo es don del Resucitado que, como había prometido, da a los que habiendo oído, creído y esperado en su palabra, abren su corazón y aceptan el reto de anunciar la Buena Noticia por los caminos del mundo.
ORACIÓN DE LOS FIELES.
Se responde . " Espíritu Santo, santifícanos "
1.- Oremos por toda la iglesia, para que en el Espíritu Santo sea fuerte ante cualquier adversidad que pueda surgir a la hora de anunciar la Buena Noticia. R
2.- Oremos por el Papa y todos los que tienen el don de servicio, para que vivan en total docilidad y en permanente escucha de lo que el Espíritu susurra dentro y fuera de la iglesia. R
3.- Oremos por todos los que buscan, por los enfermos, por la paz en Ucrania, por los inmigrantes, por todos los que sufren maltrato, por los que no tienen hogar, por los que organizan los pueblos, para que siempre y con la ayuda del Espíritu Santo busquen lo mejor para los ciudadanos. R
4.- Oremos por nuestra Diócesis y por nuestra parroquia, para que en todo momento estemos abiertos a la acción del Espíritu Santo que ha de sostenernos en comunión con Jesús y cercanos a los que sufren tanto en el cuerpo como en el espíritu. R
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