sábado, 25 de junio de 2022

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C.

 LLAMADA Y FIDELIDAD.

   Los textos que se nos ofrecen este domingo para reflexionar  pienso que nos llevan a  ahondar en  lo que significa  responder a la llamada que el Señor  hace a cada uno de  nosotros. La respuesta a esa llamada  va a ser, tiene que ser, desde nuestra vida cotidiana  y desde la conciencia de lo que todo ello significa. Hay  en los textos una como llamada de atención a lo que sucede a nuestro alrededor para ser  conscientes de  lo que todo ello significa. Así, en la primera lectura nos encontramos con Eliseo, que, digamos , quema sus naves  para llevar a cabo  la misión que se le propone, en la segunda lectura  San Pablo dice a los gálatas que han de renunciar a sus  querencias y sobre todo, a esos   malos deseos que  con frecuencia rompen toda perspectiva de comunión en el seno de la comunidad. Coloca el bien común por encima del propio y esto desde la opción con la que hemos dicho si al Señor.

Hay que saber renunciar a lo individual para alcanzar  la plenitud  en las relaciones y eso ha de ser desde la libertad, desde la misma libertad con la que hemos dicho si al Señor y el texto del evangelio nos hace caer en la cuenta de  las dificultades que a la hora de dar el paso podemos encontrar  y que tienen que ver directamente, en el devenir de los días, con nuestra existencia que se encuentra  solicitada por  muchas motivaciones y ante las que hay que elegir siendo  todas buenas.

 No solo es cuestión de acoger, que si, pero  siendo conscientes del alcance de esa acogida  que ha de ser permanente, que va va mas allá y embarga toda nuestra existencia.

En los tres textos  hay  algo  interior que  conlleva el si a la llamada y es la renuncia a uno mismo  que es lo que  facilita la entrada en la dinámica del anuncio y la salvación.  A su vez, eso es lo que nos asemeja a Jesús que se pone al servicio del hombre desde el proyecto que el Padre ha puesto en sus manos. La respuesta a la  vocación, la llamada, hay que entenderla desde ahí pues se trata de asumir  el proyecto de Dios en nuestra vida  dejando a un lado  el nuestro propio y empezar a movernos, a existir, desde un referente nuevo que se  ha de mover  entre dos polos: la  fidelidad a Dios y el servicio fiel a los hermanos.

¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz 



No hay comentarios:

Publicar un comentario