sábado, 25 de septiembre de 2021

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B.

HAY QUE DEJARSE SORPRENDER.


  El texto del evangelio de esta semana se abre con la noticia de Juan a Jesús de que alguien  estaba actuando en su nombre. Se lo quisieron impedir, la razón, porque no  era del grupo, no era de los nuestros, le dice.

Jesús no se deja  amilanar ni se hace esperar a la hora de dar  respuesta e intentar apaciguar a Juan al tiempo que le da pautas de comportamiento. Aquí lo malo es tu escandalo y no el que los otros actúen en mi nombre. Así que, acepta que Dios también actúa desde ellos, no te escandalices.

 Me atrevería a decir que la actitud de Juan es la misma que la de muchos fariseos  que  se negaban a reconocer la presencia de Dios en Jesús. 

Jesús abre la puerta e intenta abrir la mente de Juan pues no se trata de impedir sino de alentar y  dejar  que  el Espíritu, que es libre, siga siéndolo y actúe  desde el corazón de aquellos que le saben acoger.  Y habla del cuidado que se ha de tener para no escandalizar  desde la negativa  a una presencia, a un  reconocimiento de la acción de Dios en el otro que actúa  donde, como , cuando y desde quien quiere. No somos nadie para poner veto a  esa acción , antes bien, hay que saber encajar  que  Dios también es de y para los otros,  que  está en los otros  aunque  a nosotros nos parezca que no.

    Dios no es de nuestra exclusiva propiedad, saber escuchar, acoger y reconducir si hay error, pero nunca escandalizarse y es lo que dice  a continuación enumerando aquello desde donde nos podemos  escandalizar,  las manos, los pies, los ojos,( no deja de ser una forma de hablar) Creo que lo que esta queriendo decir Jesús es que hay que borrar de nuestra vida  todo aquello que pueda ser obstáculo y dificulte la aceptación y una visión mucho mas abierta y menos  reduccionista del Reino de Dios.

 ¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz


 

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