EL PROYECTO ES DE DIOS.
Observamos como en el texto del evangelio de hoy Jesús sigue instruyendo a los discípulos e insiste en ello aunque los discípulos quieren obviar la cuestión. No obstante, siguen discutiendo entre ellos por el camino sobre la importancia de cada uno y del puesto al que aspiran. Se da cuenta el Señor de que no terminan de comprender, de aceptar y les habla, no ya con y desde la escritura sino desde una pedagogía explicita, con el ejemplo del niño. Ahí esta, eso es lo que quiere y espera tanto de ellos como de nosotros, ese es el camino que hay que emprender y es ahí donde aparece la cruz, pues significa que hay que desprenderse de todo afán de poder y mando, rencillas, discordias...
y rebajarse a la altura de los mas débiles, por ahí pasa el aceptar el proyecto de Dios, proyecto de salvación al que han sido convocado , no es del hombre sino de Dios y hay que aceptarlo y estar en la sintonía de ese anonadamiento que el mismo Dios lleva a cabo queriendo ser cercano al hombre, haciéndose carne nuestra.
Los discípulos son llamados e invitados, a caminar con Jesús, a aprender con el, para llevar a cabo la continuidad de la salvación y no cabe otra opción que la de aceptar la propuesta de Jesús quien les dice que han de cambiar de mentalidad y de forma de entender la relación con el Padre que a su vez se prolonga en la relación entre ellos y con los demás. Son dos caras de una misma moneda.
El proyecto de Dios pasa por la relación con los demás, ese es el barómetro de nuestra fidelidad. En el ejemplo del niño con el que Jesús intenta instruirles y hacer caer en la cuenta, nos lo dice bien claro cuando declara: " El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado"¡¡Feliz día del Señor!!
José Rodríguez Díaz
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