sábado, 18 de septiembre de 2021

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B.

  EL PROYECTO  ES DE DIOS.

   Observamos como en el texto del evangelio de hoy Jesús sigue instruyendo a los discípulos  e insiste  en ello  aunque  los discípulos  quieren obviar la cuestión. No obstante, siguen discutiendo entre ellos por el camino sobre  la importancia de cada uno y del puesto al que aspiran. Se da cuenta el Señor  de que no terminan de comprender, de aceptar y  les habla, no ya con y desde la escritura sino desde  una pedagogía explicita, con el ejemplo del niño. Ahí esta, eso es lo que quiere y espera tanto de ellos como de nosotros, ese es el camino que hay que emprender y es ahí donde aparece la cruz, pues significa que hay que desprenderse de todo afán de poder y mando, rencillas, discordias...

y rebajarse a la altura de los mas débiles, por ahí pasa el aceptar el proyecto de  Dios, proyecto de salvación al que han sido  convocado , no es del hombre sino de Dios y hay que aceptarlo y estar   en la sintonía de  ese anonadamiento que el mismo Dios lleva a cabo queriendo ser  cercano al hombre, haciéndose  carne nuestra.

Los discípulos  son llamados  e invitados, a  caminar  con Jesús,  a aprender con el, para llevar a cabo la continuidad de la salvación y no  cabe otra  opción que la de aceptar la propuesta de Jesús quien les dice que han de cambiar de mentalidad  y  de forma de entender la relación con el Padre que  a su vez se prolonga  en la  relación entre ellos y con los demás.  Son dos caras de una misma moneda. 

El proyecto de Dios  pasa por la relación con los demás, ese es  el barómetro de nuestra fidelidad. En el ejemplo del niño con el que Jesús  intenta instruirles y hacer caer en la cuenta, nos lo dice bien claro  cuando declara: " El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al  que me ha enviado" 

¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz  

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