sábado, 31 de julio de 2021

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

EL TRABAJO QUE DIOS QUIERE.

  La  gente  después de haber comido pan hasta hartarse no está dispuesta a perder de vista a Jesús y le siguen hasta la orilla de Cafarnaúm y cuando le  encuentran le preguntan como es que ha llegado hasta allí, no quieren perderlo de vista. Viendo Jesús la preocupación y el trabajo que  están teniendo  para controlarle les habla directamente de su egoísmo. Me buscan porque se hartaron, les dice. No dejen que la preocupación por llenar el estomago les aparte de lo que es realmente importante  sino preocúpense por encontrar  el pan que perdura,  por lo que realmente satisface y completa al hombre: por estar en Dios. Ellos preguntan que es lo que deben hacer, cuales son los trabajos que Dios quiere y espera de ellos y cómo pueden hacerlos. Jesús  corrige ese plural cuando les dice  " el trabajo que Dios quiere  es que creáis  en el que el ha enviado.



  Les habla  de una sola  preocupación y  remite  al desierto cuando los padres comieron el pan  que Dios les envió cuando tenían hambre. Eso ya viene asegurado, ahora se trata de otra cosa, de buscar  el pan que da la vida, que lleva a Dios, que no es un pan para saciar el estómago, sino para saciar  otra hambre, la del espíritu.

Les habla  del empeño por ser fieles  al Señor y buscarle en todos los acontecimientos de la vida. Eso es lo  que ha de preocuparles realmente: volver a la fidelidad del cada día.  El Texto termina  cuando Jesús se manifiesta como el que puede  saciar esa hambre y la sed  que en todos habita. Dice: " Yo soy el pan de vida. El  que cree en mi no pasará hambre, y el que cree en mi  no pasará  nunca sed." 

Los trabajos piensan ellos, pero  Jesús les habla del trabajo. Ellos lo enfocan desde lo material, Jesús les invita a  ir un mas allá de lo material - que no se puede olvidar- pero que no  es lo definitivo  para la vida del hombre, sabiendo además que ya Dios les socorrió - Jesús se lo recuerda - cuando andaban en esa necesidad y en el desierto Se trata del trabajo de no dejarse arrancar de las manos de Dios ni por nada, ni por nadie.

¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz.  


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