sábado, 7 de marzo de 2020

LA PALABRA DEL DOMINGO

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA . CICLO A.
Mt.  17, 1-9           LA TRANSFIGURACIÓN  DEL SEÑOR


 NO ESTAMOS SOLOS.
             
El  texto del evangelio de este domingo nos  presenta a Jesús  posibilitando a los  discípulos  tener una experiencia  única  tanto suya  como del Padre. La transfiguración de Jesús no es  ni mas ni menos que un anticipo de lo que será la Resurrección. El Padre confirma con su voz  lo que el viene diciendo a los suyos y lo que va a significar su muerte.

    Interesante darnos cuenta de que de nuevo el Padre lo reconoce como Hijo  amado y predilecto  a quien se ha de escuchar.  La tentación viene de parte de Pedro que  quiere quedarse donde están  lo cual  supondría no llevar a cabo la misión, el continuar con el anuncio del Reino  para todos los hombres y que pasa por Jerusalén y lo que todo ello significa.
 De nuevo Jesús  invita a ponerse en camino, sin miedo: " levantaos, no temáis" les dice.
    Nos quedamos con  el " escucharle ". Escuchar a Jesús es hoy , siempre lo ha sido,  primordial para los que quieren seguirlo  tanto en aquel momento como en los nuestro y donde el hombre sigue estando necesitado de la experiencia de amor y de entrega  del Padre..., en donde el hombre necesita sentirse amado y querido.. en donde el hombre pueda encontrar la luz en  las oscuridades de la vida..., en done el hombre aprenda a confiar y esperar contra toda esperanza...
     Y  hay que escucharle, tenemos que escucharle si queremos que nuestro ser iglesia, nuestro ser de los suyos,  adquiera sentido y razón de ser. La iglesia no puede ser , no se puede entender, si no  se deja enseñar, si no esta dispuesta a seguir a  su  Señor y Maestro, si no se deja educar en el amor generoso y la entrega desinteresada. Por ahí andan las Bienaventuranzas, por ahí va el Padre nuestro , por ahí va  aquello de la Ultima Cena de  amarnos como  El mismo nos ama...
 Jesús sabe de sobra todo lo que ello significa y sabe que llega a producir cierto vértigo en los suyos, el sabe de todo eso y  por eso lo de  no tengan miedo... Hay que ponerse en camino , es andando como se pueden superar las dificultades,  es poniéndose en camino como se va descubriendo la realidad de un Dios Padre atento e  implicado en la vida y en la historia de los hombres, complicado en el dolor y el sufrimiento del mundo... y es ahí en donde  nosotros, débiles y a veces rotos, descubrimos  cómo nos cuida y restaura, descubrimos como va alcanzando  cumplimiento aquello que rezábamos  en el salmo del domingo pasado  diciendo: " devuélvenos la alegría de Tu salvación " y pedíamos que nos  afianzara  "con espíritu generoso"
 Bajar de la montaña, salir de nuestras seguridades, ponerse en camino, estar junto a, al lado de, sufrir con... Y sentir la alegría de saber que  nada esta perdido, que El camina  junto a nosotros, protegiendo y guardándonos en y con su amor entregado.
 ¡¡¡Feliz Segundo Domingo de Cuaresma!! 


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